Zara Feldman nació un 20 de Diciembre hace treinta años atrás, la primogénita y única hija de la ocupada pareja de millonarios, John Feldman y Deborah Feldman. Desde el principio fue una chica mimada, a excepción de en las Navidades porque al igual que cualquier niño nacido en la segunda mitad de Diciembre, su regalo de cumpleaños era su regalo de navidad.
Pero siempre supo que podía salirse con la suya, con solo esbozar su linda sonrisa de dientes blancos su madre ya le estaba diciendo que sí. Con su padre la historia era un poco distinta. No era un hombre familiar ni orientado al hogar, le gustaba su trabajo y se la pasaba en eso, y como centro de su universo siempre vio a Zara como un medio a un fin; ella sería su heredera y sería la responsable de llevar el negocio de los Feldman al próximo nivel. Así que las expectativas y las presiones partieron desde muy pequeña por parte del viejo, que estaba convencido de que con una mano dura y una crianza rigurosa, Zara sería mucho mejor que él y podría multiplicar la riqueza familiar por números estratosféricos; cuando le tocara a ella manejar la tabaquera.
Digamos que desde el primer día que Zara estuvo destinada a tener daddy issues. Todo el resto de su vida se la pasaría tratando de hacer al condenado hombre, que era la figura que más admiraba en el mundo, feliz. Desde salir de la escuela con notas sobresalientes, hasta entrar a Yale porque él se lo había dicho, todo fue por él; para poder sentirse merecedora de una sonrisa y de una caricia o de una felicitación de su padre, que rara vez salían. Es más, en retrospectiva, Zara no recuerda ni una sola vez que el desgraciado le haya dicho "estoy orgulloso de ti".
Pero bueno. Cuando Zara cumplió veintisiete, John amaneció muerto; así tal cual, amaneció muerto en su cama y se supo después por una autopsia que lo habían asesinado, envenenado con cianuro. Zara heredó la tabaquera, dueña de muchísimas marcas de cigarro, y finalmente cumplió el papel que estaba pensado para ella desde que había nacido. Ser el nuevo rostro de Feldman no le costó en absoluto. Zara estaba hecha para las cámaras, con una soltura impresionante, capaz de encantar con una sonrisa o con una entrevista, siempre decorosa, siempre sabiendo qué decir gracias a su afable personalidad y a su diploma en Relaciones Públicas. Pero por dentro la carcomía la muerte de su padre, obsesionada con vengarlo y darle una sepultura digna, con su asesino encerrado de por vida tras las barras; hasta en la muerte, el objetivo primordial de Zara se transformó en honrar al viejo de mierda de su padre, que lo había matado una organización de nombre "Vindicta". Las razones hasta el día de hoy, tres años después, se escapan del conocimiento de Zara; pero la verdad es que John Feldman estaba metido con gente muy peligrosa, y en negocios muy turbios, como el tráfico de órganos.
El negocio ha estado limpio desde que Zara lo heredó, en el sentido de que no hace absolutamente nada ilegal; le vende mucho tabaco a mafiosos, sí, pero la venta de tabaco en sí es legal así que Zara, dentro del oscuro mundo de gente poderosa en Nueva York, es de lo más limpio que encontrarás.
Probablemente lo más sucio que tiene es que es clienta frecuente de ni más ni menos que Franco Espósito; de él de forma personal, no de sus prostíbulos. Lo conoció en una fiesta y le gustó, y bueno como es una persona como cualquier otra (pero con muchos problemas con las relaciones con hombres), lo contrató y le quedó gustando. Lleva más o menos un año viendo a Franco casi todas las semanas, y no tiene ni un poco de culpa; ¿por qué debería? Las mujeres también tienen apetito sexual.
En términos de personalidad, Zara es una mujer bastante simple. Es hedonista, percibe la vida desde la teoría de que la felicidad es sinónimo de placer y que el esfuerzo y el sufrimiento solo te hacen miserable; le gusta que las cosas sean fáciles, no le gustan los rodeos, y tampoco las indecisiones. Es muy frontal y directa, es honesta, y le importa un carajo lo que el resto de las personas piensen de ella como persona; total, no depende de absolutamente nadie desde que heredó el negocio, y solo le interesa la versión que los demás ven de ella cuando es la jefa y cabeza de Cigarros Feldman. Zara es auténtica, y aunque da la impresión de que es espontánea por lo rápida que es para pensar, en realidad es sumamente calculadora y creativa, capaz de inventar soluciones en el lugar. Es proactiva, cosa que aprendió siendo hija de su padre, altiva y responde siempre frente a las peticiones y problemas con mucha velocidad y energía, y es precisamente eso lo que la hace una jefa ejemplar y una muy buena cazadora. Está tan convencida de lo que quiere, que no va a descansar hasta meter preso al infeliz que mató a su papá.
En niveles más personales, Zara es muy segura de sí misma en todo sentido; sin embargo, no tiene mucha confianza cuando se trata de las relaciones interpersonales, por las muchas sorpresas negativas que se llevó con su padre cuando estaba vivo, y que marcaron la forma que tiene de ver a los hombres. No ha podido tener ni una sola relación estable en toda su vida, porque se asusta cuando empieza a enamorarse, pensando que se llevará las mismas decepciones que con su papá y que no podrá ser suficiente para el otro. Tiene una tendencia, además, a que le gusten los hombres con problemas de temperamento; probablemente porque así mismo era su padre.
Extras
—No fuma, aunque sea la dueña de una compañía de cigarros; es más, odia que la gente fume cerca de ella porque detesta el aroma.
—Vive sola aunque su madre siga viva, le gusta su independencia y tener su espacio personal; además de que así siempre tiene un lugar asegurado donde puede juntarse con Franco.
—Aunque su actitud risueña y su aparente superficialidad pueden engañar, Zara es muy inteligente en el aspecto académico; pero no le sale tan fácil leer a la gente a pesar de su carisma.
—Casi siempre anda con vestidos. Ama la ropa y la moda y le han dicho que tiene lindas piernas, así que siempre que puede, las luce.
—Desde que se fue a la universidad a los dieciocho que ha tenido tendencias algo promiscuas, cosa que a veces se comenta un poco en las redes sociales. Pero le da igual. No le pueden quitar su negocio por "puta" y no es que los hombres se escapen de ella tampoco.
ESTÁS LEYENDO
𝕬𝖒𝖊𝖗𝖎𝖈𝖆𝖓 𝕯𝖔𝖌𝖘 [ʀᴘ]
Action𝒟𝑜𝓃'𝓉 𝒷𝑒 𝓈𝒽𝓎, 𝒸𝑜𝓂𝑒 𝒾𝓃. Inspirado en The Gentlemen, la película de Guy Ritchie.