Los 10 Pasos *Yoonmin*

Paso 8

Los días eran cansados desde que el trabajo se había vuelto más demandante, era el jefe de almacén en una empresa automotriz, la paga ers excelente pero lo que demandaba el puesto y tener a gente a su cargo, le estaba costando una buena dosis de estrés crónico.

Tanto era su cansancio que había dejando por un momento de pensar en su ex, aunque ahora pensaba en alguien más.

Paso 8. Toma tiempo para ti, haz cosas nuevas y divertidas.

Jimin no salía de su mente, le agradaba, estar con él alegraba sus días de una manera que nadie podía comprender, porque era el único que en verdad entendía por lo que estaba pasando. Se sentía mal de no poder pasar tiempo con él.

Un día salió una hora antes del trabajo y pasó a la veterinaria, llegó justo a tiempo porque Jimin estaba cerrando.

—Hola—dijo llamando su atención.

Jimin le miró con una sonrisa que no llegó a sus ojos. —Hola Yoongi, es bueno verte ¿Cómo te fue hoy?

—Bien ¿Y a ti? Luces desanimado.

—Supongo que fue un día difícil— se encogió de hombros.

Asintió comprendiendo su semblante. —¿Quieres beber algo?

Estaban en uno de esos lugares callejeros en donde servían comida y podían beber, Jimin se tomó muy en serio lo de beber porque ya llevaba dos botellas de soju e iba por la tercera. Yoongi lo observaba sin decir nada, porque sabía bien que había veces en las que uno sólo quería sentarse a beber sin ser interrumpido.

—Mis padres me llamaron—dijo con una mueca.

—Oh vaya, eso es repentino ¿Qué te dijeron?

Jimin bufó. —Lo mismo de siempre que soy una desgracia y bla bla bla, no escuché mucho, ellos son así, me dijeron que me aceptaban de vuelva si dejaba que dios purificar mi alma— chasqueo la lengua llevando el trago a sus labios—. Como si diosito no tuviera suficiente con los cabrones de los políticos, la hambruna y el polvo del sahara.

—Es mejor ignorarlos, por más que quieras no podrás hacer que cambien de opinión.

—Pero son mis padres Yoongi —suspiro—. Ellos deberían de aceptarme simplemente por eso.

No sabía qué decir ante aquello, porque él se sentía de la misma manera, Yoongi no era muy bueno con las palabras de apoyo, así que dijo lo primero que se cruzo por su mente.

—¿Y si le lanzamos huevos a la casa de tus padres?

Jimin levantó la vista de su bebida, Yoongi creyó que se reiría y negaría, pero observó como este levantaba una ceja de forma pícara.

—Y fue así que terminamos en un supermercado para comprar dos docenas de huevos y después a la casa del reverendo Park y su esposa.

—Yoongi ¿Con quién carajo hablas? —dijo Jimin saliendo del auto—. Están dormidos, es nuestra oportunidad.

—Jimin, ¿No quieres reconsiderarlo? Digo, nadie le enseña a los padres ser padres y estos se equivocan y...

—Fue tú idea, no seas gallina y ponte a trabajar.

Yoongi suspiro, tomó uno de los huevos y espero, Jimin sonrió y comenzó a lanzar huevos a lo baboso,  los perros comenzaron a ladrar, Yoongi le siguió el juego riendo, ambos se estaban divirtiendo bandalizando. Las luces de la casa se prendieron y esa fue la señal para que entraran al auto y salieran huyendo de la escena del crimen. Jimin reia a carcajada, cuando creyó que estaba lo suficientemente lejos, Yoongi aparcó el auto y le miró recargando la cabeza en el respaldar del asiento.

—¿Mejor? —preguntó con una sonrisa ahogada.

Jimin sonrio hasta que sus ojos se volvieron dos lineas. —Ahora sí somos una pareja del crimen, robamos perros y hueveamos casas.

Yoongi se atrevió a alargar la mano y sostener la de Jimin, la cual apretó, el sonido de sus risas fue bajando hasta que solamente se miraron.

—Compañeros de crimen—asintió—. Eso suena bien.

—¿Ahora podremos robar un banco?

Yoongi negó. —No presiones Park.

Jimin carraspeo, porque tal vez estaba mirando demasiado los labjos ajenos.