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Sus párpados se estaban abriendo, una luz estaba en su camino de sueño y subconsciente, pero al menos estaba despierto, por ende vivo, vaya suerte.
Analizo bien que acababa de pasar, seguía un poco ido, leves recuerdos de la noche anterior están ya disponibles en su mente, recordando y tratando de armar el rompecabezas que el mismo hacía.
Recordaba a ver vomitado.
Miro al suelo o la colcha de la cama, pero nada.
Todo estaba limpio, si no mal recordaba, y si era verdad había sucedido eso, ¿quién había limpiado?, ya tenía una idea, solo dos, y una mayor que otra, pero ya podía saberla sin mucho pensar.
El germánico o el argentino.
Si, así de pequeñas eran sus opciones, aunque dudaba quien podría a ver sigo al cien por ciento, pero era mayor la probabilidad; y no sé equivoco al ver a la República Argentina parada haciendo algo, comida.
Ahora debía disculparse, pero de manera sincera, había prometido siempre dejar aquel vicio que tanto lo enloquecía, pero al parecer no tenía fuerza de voluntad y no quería dejar aquello. Igual, era su vida, de una u otra manera re caería al inicio, sería inútil.
El argentino se dió la vuelta luego de escuchar pasos, y ahí estaba el italiano después de casi a ver tenido una sobre dosis, no sería la primera ni la última vez.
La garganta se comenzaba a sentir pesada junto a su peso, las palabra queriendo salir pero sin hacer nada, si ya se había entero él, lo más probable es que el alemán también, o apenas lo estaba haciendo.
El sudamericano ya estaba cansado de eso, el contrario igual, pero debían seguir en contra de sus voluntades, que pena.
"¿Vas a disculparte o me vas a decir otra vez que no lo harás más?"
Definitivamente esas palabras tenían toques amargos y fuertes, sus ojos lo miraban esperando una respuesta, el solo se limito a suspirar, ahí estaba la respuesta.
"Lo lamento."
Al menos eso puedo decir a no decir nada, prefería olvidar el tema, como siempre.
"Al menos podrías avisarme, o ha Ale que lo harás y no te contendrás porque casi te encontré muerto."
el bicolor toma una pausa prolongada.
"Se lo que me vas a decir, así que antes de escuchar tus boludeces, mejor vamos a comer, que me re muero de hambre."
Con eso, procedieron a tomar su desayuno.
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