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Capítulo 1: Primera alarma

El estridente tono del teléfono resonó por toda la habitación. Quería alcanzar el aparato y estrellarlo contra el suelo para acallarlo de por vida; pero su cuerpo apenas respondía.

De todas formas, no debería ser importante...

De nuevo, el sonido de mil aves asesinas casi rompe sus tímpanos. Fue su querida pikachu, Chuchu, quien se levantó a contestar la llamada.

—Yellow. Yellow... ¿Estás ahí? —la voz de su mejor amiga se escuchaba demasiado lejana. Perfecta para volver a quedarse dormida—. Chuchu, ponme en altavoz.

La ratoncita eléctrica era toda una experta en lo que a tecnología se refería. Activado el manos libres, la joven al otro lado de la línea llenó sus pulmones al máximo de su capacidad.

—¡YELLOW, DESPIERTA! ¡ES IMPORTANTE!

El golpe seco de su cuerpo contra el piso dio a entender a la otra persona que ya se había levantado. Como pudo estiró su brazo hasta la mesa de noche, donde estaba su móvil.

—Blue... Son las tres. De la mañana.

—Prepara una maleta, paso por ti en una hora.

—¿Qué?

Y así, volvió a reinar el silencio absoluto entre esas cuatro paredes. Con tanto alboroto ya se le espantó el sueño, por lo que decidió mejor empezar a arreglarse para cuando llegaran a buscarla.

Nada de lo que su amiga dijo tenía sentido. ¿Qué podría ser tan importante para despertarla tan temprano? E incluso, ¿para qué necesitaba llevar equipaje consigo?

—¿Seguro que esto es necesario?

El joven pelirrojo miraba a su hermana correr de un lado a otro guardando cosas en varias maletas. La castaña se detuvo frente a él, sujetando sus hombros y poniendo su mejor cara seria. Por alguna razón la situación le parecía de lo más divertida; pero sólo él podría darse cuenta de ese detalle.

—Oh, mi querido Silver. Ésta es una situación de vida o muerte —volteó hacia la puerta del armario que mantenía cerrada con seguro, introduciendo la llave—. Debemos prepararnos para lo peor.

Máscaras de gas, chaquetas de cuero, ropa con estampado militar... Y muchas frituras. En serio se imaginaba encontrar cualquier cosa, menos un arsenal post apocalíptico.

—Nee-san, no es el fin del mundo.

—¿Y quién lo dice?

Era imposible ganar en una discusión con la castaña, por lo que optó en seguirle el juego.

Media hora después —equipados como si fuesen a la guerra— salían de casa de los padres de Blue y, subiendo al auto de la joven, llegaron a casa de la rubia sanadora.

—¿Cuánto apuestas a que se volvió a dormir?

—Está en todo su derecho.

—Ahora la traigo.

Una vez se adentró en la casa con paso decidido —seguro nada bueno le esperaba a Yellow—, Silver mandó un mensaje de texto a su compañera de Johto; se reunirían todos en el gimnasio de Green. ¿Por qué? Así lo decidió Blue.

Pasados unos quince minutos, la pequeña rubia aún en pijama su pikachu fueron arrojadas dentro del vehículo, junto a una mochila de tamaño mediano. Sin más dilación condujeron rumbo a ciudad Verde, dispuestos a allanar la propiedad privada de cierto castaño malhumorado.

—Sigo sin entender. ¿Qué se supone que hacen todos ustedes en mi gimnasio?

Nueve de la mañana. Los Dex Holders de Kanto, Johto y Sinnoh se encontraban reunidos en el gimnasio de ciudad Verde.

Cuando el líder de gimnasio llegó, dispuesto a iniciar la jornada, halló el lugar lleno de tiendas de acampar, maletas e incluso una fogata. No valieron las excusas cuando la paciencia del castaño llegó a su límite al ver a Gold salir en toalla del baño de su oficina y beberse su café como si estuviera en su propia casa.

—Ha aparecido una enfermedad rara, muy contagiosa, que se está expandiendo en todo el mundo. Debemos ponernos a salvo.

Suspiró por enésima vez en lo que llevaba de día. No tenía idea de lo que su compañera le decía. No había escuchado nada en las noticias ni leído sobre eso en el periódico.

—A ver, ¿de donde sacas eso?

—De Twitter.

Y esa, queridos lectores, fue la gota que colmó el vaso.

A partir de ese punto las cosas no irían a mejor para Green; otros Dex Holders venían en camino y él sería quien cuidase de los niños.

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Fin del primer capítulo.

Si les gustó... ¡Denle mucho amorsh!

Bye~~