•먼저•

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Se podría decir que eran... Demasiado unidos. Todos lo sabían y todos lo decían siempre. Tal vez eran la prueba viviente de que la amistad aún existía y que las personas que sabían cómo aplicarla también.

Jimin conocía a Yoongi desde hace tanto tiempo que no sabría decir desde qué año. Es decir... Creció con el pálido a su alrededor. A pesar de que Jimin era un Omega y Yoongi un alfa.  Siempre estuvo ahí, ellos crecieron, cambiaron, maduraron y aprendieron, pero siempre juntos... ¿Había algo más hermoso que esto?

Jimin siempre confió plenamente en la amistad que tenían. Si bien Min nunca fue de muchos abrazos y muestras de cariño... Siempre había una excepción con Jimin. Él jamás, definitivamente jamás le negaría algo a su mejor amigo y eso el menor lo sabía.

Muchos llegaron a emparejarlos, creyendo que el alfa era así con él por el simple hecho de que eran pareja. Pasaron los años y los rumores murieron al ver que tanto Jimin como Yoongi habían tenido otras parejas. Aunque, sinceramente, jamás duraron. Siempre volvían a ser ello.

Había cumplido sus estudios secundarios y ya estaba por ir a la universidad, se sentía nervioso y ansioso. Era lo mismo que cuando su mamá lo dejó por primera vez en la guardería y no sabía qué hacer o a quién hablarle. Afortunadamente Yoongi estaba ahí con él...

Yoongi siempre estaba con él...

Tal vez era el instinto de Min, pero ahí estaba para protegerlo y acompañarlo en todo como su buen mejor amigo y casi hermano.

— TaeHyung, ya te dije que no - Rió, escuchando la escandalosa voz de su compañero de clases al otro lado de la línea. Un alfa de 19 años con alma de niño.

— ¿¡Por qué no!? ¡Es nuestra despedida, Chim! - Vitoreó. Park puede jurar que las voces de Jung Kook y Chanyeol se escucharon de fondo - Trae a Yoongi Hyung. Ya verás que te vas a divertir - El menor suspiró - Sabes bien que me iré del país mañana y ésta será la última vez que nos veamos hasta Navidad. ¡No seas un mal amigo y ven! - El pitido que daba la señal de que aquel grosero niño le colgó en la cara, se escuchó.

— ¡Jimin! Ayúdame,¿Quieres? - Su mejor amigo ingresaba a su habitación y tomaba otra caja - Es increíble que me obligues a sacar tus cosas y encima ni me ayudas - Se quejó, sacándole una sonrisa al peli-negro.

— TaeHyung está haciendo una fiesta de de despedida para los alumnos egresados - Se agachó y tomó una caja, ambos caminaron a la par hasta la camioneta de la mamá de Jimin - Y quiere que vaya,¿Me acompañas? - Dejaron las cajas dentro del vehículo y Yoongi lo observó.

— Por mí está bien - Se encogió de hombros y volvió a la casa. Jimin definitivamente amaba a su mejor amigo. Si Jimin quería algo, Yoongi se lo daba, si Jimin lloraba, Yoongi lo consolaba. Aveces el menor se preguntaba,¿Cuánto lo amaría Min Yoongi como para hacer todo por él? - ¡Mueve tu enorme trasero y ayúdame, Park Jimin!

— ¡Ya voy! - Salió de su ensoñación y corrió tras él, lanzándose a su espalda y, a pesar de que se quejó un poco, lo cargó adentro de la casa.


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Era difícil de entender lo que pasaba por la cabeza del pálido. Muchas veces era un enigma imposible de resolver. No importa cuánto lo analices o cuánto intentes encontrar algo en él que te diga lo que está pensando, qué Demonios pasa por su mente, nunca lo sabrás, a menos que él te lo diga.

Por eso a Jimin le costaba muchísimo saber en qué estaba tan concentrado el rubio, mientras miraba por la ventana de su habitación. Sabía todo de él;gustos, disgustos, significado de sus expresiones, sus miedos, sus sueños. Pero jamás pudo lidiar con aquel rostro que, en ocasiones como ésta, se tornaba inexpresivo.

En cambio... Para Yoongi Jimin era como un libro abierto a su disposición para leerlo cuando se le venga en gana;sin importar cuánto disimule, él siempre se da cuenta.

— Deja de intentarlo, no vas a leerme la mente - ¿Lo ven? Ni siquiera necesitaba mirarlo para saberlo.

— Ya,¿En qué piensas tanto? - Rodó en la cama ajena y olió las sábanas, sonriendo al detectar el aroma de su Hyung, incienso y libros viejos, tan relajante y pacífico como lo era el mayor.

— Sólo estoy pensando en mis estudios - Miró sobre su hombro y rió al ver cómo Jimin parecía adormecido en su cama. Siempre le pasaba a cada que olía por mucho tiempo el aroma de Yoongi - Vas a volver a llenar mi cama al olor de galletas recién echas, Jimin. Por tu culpa me da hambre por las noches.

— Cállate y vamos a dormir ya - El mayor obedeció y se acostó al lado del Omega en la gran cama - Yoongi, tu brazo - Exigió y el otro simplemente extendió su brazo y el menor recostó su cabeza sobre ella - Mucho mejor...

Era una costumbre para ellos dormir así. Jimin no podía estar con el blanquecino y no dormir sobre su brazo, no iban a romper la tradición. Y Yoongi se sentía más cálido si el olor a galletas recién echas del menor llegaba a sus sentidos. Olía cariño, calidez... Le encantaba...

Muchos creerían que esto sería razón de muchas habladurías, tal vez, pero las personas ya estaban tan acostumbrados a verlos así de juntos que ni siquiera se metían en eso.

— Jimin, deja de moverte o te pateo fuera de la cama - El Omega se giró y observó a los ojos al mayor.

— ¿Crees en las parejas predestinadas? - Preguntó de repente.

— No lo sé,¿Por qué lo preguntas?

— Es que yo sí... - Admitió - Sé que mi predestinado está por ahí, en alguna parte y cuando lo encuentre lo sabré, lo sentiré... - Yoongi se quedó callado y Jimin siguió - ¿Tú no has sentido algo como que miras a una persona o hueles su aroma y algo dentro de ti se remueve furiosamente y tu lobo interno se emociona como nunca?

— Jamás... - La corta y casi distante respuesta del mayor fue lo único que se dijeron en la noche. Jimin se quedó dormido y el mayor volvió a mirarlo - Tal vez me equivoqué al creer que tú también lo sentiste, Jiminie - Le dijo, sabiendo que estaba dormido - No estamos destinados... Aunque  yo haya pensado que eras tú mi destino... Yo no soy el tuyo...

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¡Nueva historia! Corta, sólo de tres capítulos. Espero les guste.

We are not destined •••YOONMIN••• |OMEGAVERSE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora