Capítulo 9: Afuera las Mascaras

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Narradora

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Con 7 meses de embarazo y una daga en su corazón, pero había algo que no la dejaba abandonar su mundo. Sin embargo, ella recordó que la hechicera de la familia le había dado un tónico para el fuerte crecimiento de su hijo. Pranpriya Cavendish se sentía en un vacío, ya no tenía fuerzas para abrir sus ojos, ni tampoco tenía fuerzas para moverse, ella simplemente estaba en un punto incierto de su vida que todo era oscuro

Minutos después, sintió como movieron su cuerpo, pero no sabía a donde, ella solo tenía miedo de lo que le pudiera suceder a su hijo, de su pequeño fruto que su amor le había ofrendado su hermosa caballera, ella amaba a (TN) y tanto le dolió haberla perdido, pero en el momento en que la encontró sintió el peor dolor, su muerte, su muerte se avecinaba y no podía hacer nada en contra de ello

Pasaron los días y ella veía como la vida se iba de su cuerpo, sentía que estaba encerrada en una caja que aprisionaba su destino. De pronto sintió como tocaban de nuevo su cuerpo y lo limpiaban, no escuchaba ni podía ver, pero podía sentir todo lo que le decían, alguien le abrió la boca y por su garganta paso un líquido que sabía asqueroso y le quemaba el esófago. Sin embargo, un día después volvió a sentir vida en su interior, ella no podía abrir sus ojos ni moverse, pero ahora podía escuchar y todavía sentía, también olía

En esa misma noche, ella escucho una voz conocida para ella, era (TN) era su (TN) quien estaba en ese lugar, de seguro ella fue quien la saco de aquel lugar, puesto eso era lo que pensaba. Sin embargo, ella no podía ver para cerciorarse, no podía abrir sus ojos y una manta al parecer la cubría, así que era imposible esa acción

- Mi señora, ya no puedo más – hablo (TN) cerca de Pranpriya – prefiero mi muerte a vivir sin ella y sin nuestro hijo

- Ya no puedes morir – le respondía la hechicera – mi hermana te revivió y ahora nos sirves, eres nuestra lacaya

- Habrá alguna manera de revertir esta atrocidad – rogaba a los pies de la mujer – por favor, mi señora. Le ruego que termine con mi vida

- No lo hare, eres muy importante para mí y mi hermana – le acaricio el rostro a la chica – tu eres un ente de la noche, como tu hay pocos y no vamos a desperdiciarte

- Roseanne – la chica no se rendía – Mi señora – y allí recibió un golpe que la hizo volar hasta el otro lado de la habitación – debe de haber una manera para que yo muera

- Si la hay – se escuchó otra voz – pero no te permitiré acabar con tu vida, eres mi lacaya – la miro con odio – aquí mando yo y tu solo te limitas a servir

Pranpriya escuchaba todo y no entendía nada, quería correr, gritar o emitir algún sonido, hacer cualquier movimiento para que su amada supiera que estaba en ese lugar y con vida, pero le era imposible

- Quiero que cumplas una encomienda – la mujer que llego después le tendió una caja a la chica – te quiero en Britania para antes del amanecer

- Si no cumplo la encomienda…- no termino de hablar porque una patada en su rostro se lo evito

- Si no cumples no te diré la manera de acabar con tu vida – la miraba con odio

- ¡Joohyun! – reclamo la otra mujer

- Tu cumple el mandado y te daré la respuesta – la chica ni siquiera hablo, solo se alejó rápidamente

- ¿Qué hiciste? – le pregunta la más alta – no podemos dejar que muera, ella es especial

- Lo sé bien y por ello la mande a ese lugar, alguien se encargará de ella

¿Existe el Amor Eterno? (Jennie y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora