tu sei il mio destino (One shot)

Solo Dispara.

La suave brisa y el ambiente caluroso me recibió con mi llegada a Italia, había sido enviado a Napoles por orden de Jotaro, sabía que yo no era su primera opción, pero después de que Koichi se negara argumentando que tenía "asuntos pendientes" que resolver.

"Aunque en realidad lo más seguro es que Yukako terminará convenciendolo de no venir"

Pues ante la negativa de Koichi, Jotaro había recurrido a mi, me sorprendió que no quisiera venir a investigar el mismo, pues al ser un asunto importante lo más lógico en mi cabeza era que el quisiera arreglarlo.

Pero bueno, un viaje gratis a Italia no se le rechazaba a nadie, además gracias a la habilidad del estúpido de Rohan, ahora podría hablar fluidamente italiano, lo cual me convertía en más que solo un extranjero cualquiera, ahora podía interactuar con más facilidad en mi entorno.

Aferre mi maleta con fuerza apresurando mi paso para salir de aquel aeropuerto, contemplando la bella vista de aquel lugar, fue entonces que mis ojos se toparon con aquellos ojos de color turquesa y un cabello rubio que era mecido suavemente por el viento.

_180.000 libras por llevarlo a su hotel.

Dijo aquel chico mirándome con una sonrisa amable, ciertamente no sabía a cuánto equivalía aquella cantidad así que supuse que sería un buen trato.

_Suena a un buen trato, lo tomo.

Conteste, fingiendo que sabía de lo que estaba hablando, el chico rubio sonrió tras una mirada sorprendida.

Con un gesto me indicó que le siguiera, cosa que empecé a hacer inmediatamente, llevándome hasta un pequeño auto.

_Si quieres puedes dejar tu maleta en el asiento del copiloto y sentarte atrás para que vayas cómodo.

La voz del rubio era dulce y amable, me sentí feliz por encontrar a alguien tan amable en este viaje.

Cargue mi maleta y la subí en el asiento del copiloto como el chico me había indicado cerrando la puerta despues de eso, me aproxime a la puerta de atrás cuando de repente el coche arrancó.

_¡¿Hey?! ¡ESPERA, AUN NO ME SUBO!

Mi cabeza se quedó atontada mientras veía como el coche se alejaba más, ¿Que había pasado? Después de un pequeño momento caí en la cuenta de que había pecado de ingenuo y que ese chico era uno de esos estafadores de los que Jotaro me había advertido.

_Demonios.

Dije entre dientes, tenía que encontrar a aquel chico y recuperar mis cosas, con un suspiro empecé a caminar en la dirección que el coche se había marchado, esperando que mis ojos se volvieran a cruzar con aquellos orbes turquesas.

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Una sonrisa cruzo por completo mis labios, ante lo fácil que había sido ese robo, aquel chico de peinado extravagante y ojor aniñados había resultado ser la víctima perfecta.

Había sido como quitarle un dulce a un bebé, me detuve cuando supe que estaba bastante lejos de ese chico, empecé a revisar la maleta, buscando la cartera de el joven, cuando mis ojos la hallaron bote el resto a un lado, saliendo con ella en la mano.

Josuke Higashikata.

Así que ese era el nombre del azabache, y al parecer el también era japonés.

Seguí caminando con mi botín en la bolsa, hoy podría tener una comida decente y eso era algo que tenía que celebrarse, así que me acerque a un bello restaurante de Napoles.

_Buenos días, podría traerme el menú porfavor.

Pedí de manera amable a la mesera que se acercó a mí mesa, dándole una sonrisa cálida.