Capitulo IV

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_ ¿Dónde estoy?... ¿Qué hago aquí?

Darel había despertado en un lugar oscuro y desolado, un lugar que no se veía ni principio ni fin, los últimos recuerdos antes de caer inconsciente era Yussua en su espalda y Aída guiándolos entre tanto caos, luego todo desvaneció.

- ¿Estaré muerto?

Mientras Darel pensaba donde se encontraba, su mente se invadía de imágenes y palabras una tras otra.

_ Ah mi cabeza, me duele... ¿Qué es lo que estoy viendo?... ¿Quién o qué es eso?

Frente a Darel, se encontraba un abismo y ante el pasaban imágenes de personas que no reconocía, una detrás de otra. Junto con ellas diálogos de esas mismas. "Darel eres lo mejor" "Darel" "¡Darel cuidado!" "Darel si haces eso no volverás" "Recuerda quien eres"

_ ¿Qué? ¿Qué dijo?

Ese último dialogo le repercutió tanto como si hubiese penetrado hasta el centro de su cerebro que lo seguía escuchando una y otra vez, tan intenso, tan aturdidor como si fuese su propia conciencia comunicándose con él. Después de unos minutos, una luz apareció frente a él.

-Creo que si, ya llego mi hora. –Afirmo Darel suspirando

Darel camino hacia ella tranquilamente, aceptando lo que le deparaba, sabia que había perdido la memoria y que tarde o temprano debería rendir cuentas en el otro mundo y con la cabeza en alto y agradecido por lo poco que pudo tener en vida. Pero antes de llegar y tocar la luz, un brazo salió por detrás agarrándolo del cuello y tirándolo hasta retroceder.

-Claro, era muy obvio para mi. Esa luz era el cielo seguramente. No lo merezco, estos brazos deben ser para el infierno. Aceptare mis pecados de toda forma.

Darel cerro sus ojos aceptando lo que venía y dejándose llevar por esos brazos, siempre con la frente en alto.

_ ¿Qué? ¿Dónde estoy?

La luz no le dejaba ver con claridad, la vista de Darel era borrosa. Cuando pudo abrir los ojos completamente se dio con que estaba en una cama desconocida, tenía un diseño rustico en madera, hipnotizante y a su lado un balcón con vista al mar. Darel tenia vendas por todo su cuerpo.

_ ¿No estoy muerto? -Mientras intentaba incorporarse a la vida misma, desorientado y analizando poco a poco su entorno, que no le era nada familiar.

-Claro que no inútil. -Respondió una voz muy femenina.

La vista de Darel no era buena ya que, en el combate, las explosiones y destellos junto con las partículas del domo destrozado habían irritado sus ojos. Pero pudo notar de reojo que aquella voz esta en una punta de la habitación sentada con un libro en la mano.

En ese momento entro una brisa del exterior que levanto las cortinas de seda y las decoraciones en tela que tenia la enorme cama volviendo mas dificultoso poder observar con claridad a la mujer.

La habitación era tan antigua, como si estuvieran por el año 1600 y todo parecía una colección invaluablemente bien conservada, cada mínimo rincón no había una pizca de tecnología actual, su olor y sensación eran cálidas y reconfortantes. El ruido el mar las gaviotas parecía una película antigua.

_ ¿Quién es? Su voz se me hace muy familiar... -Disculpa no te conozco, pero deduzco que me ayudaste en mi último enfrentamiento, lamento mucho las molestias que te cause yo y... ¡las chicas!, Yussua y Aída estaban conmigo. ¿Dónde están? -Darel poco a poco comenzó a recordar los sucesos antes del bombardeo y exaltado buscaba a sus compañeras por su alrededor.

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