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Necesitaba ser rápido, contra antes volviera antes apaciguaría esa punzada en su pecho. Saltó la larga escalinata para acortar tiempos hasta la planta baja y abrió las viejas puertas del sótano sin delicadeza alguna, tenia una ligera idea de que shinigami conocía lo suficiente la mansión como para moverse con tanta naturalidad por un lugar tan lúgubre.
Conforme bajaba los escurridizos peldaños de la escalinata de piedra podía oler una fragancia familiar que enerva a su tranquilidad acompañada de la luz titilante de un candelabro. Continuo bajando mas con curiosidad que en son de guerra, tenia sumo interés por averiguar cual había sido el motivo que había traído a un shinigami como este a alojarse en la guarida de un demonio, sobretodo con el claro desagrado que había demostrado que su persona le causaba.
- Undertaker... - El sinigami estaba tranquilamente sentado en un viejo butacón ahí almacenado mientras degustaba una copa de un caro vino de la vodega y ojeaba un viejo libro que parecía haber vivido días mejores. El hombre no se molestó ni en alzar la vista, levantó una mano haciendo un leve sonido a modo de saludo. Su sonrisa burlona se dibujo enseguida justo antes de levantar sus ojos cetrinos del papel y clavarlos en el.
- ¿Que tal demonio? - El nombrado trataba a duras penas de mantener la tranquilidad y averiguar porqué estaba ahí antes de decidirse a atacar.
- No es momento de formalidades ¿que haces aquí? - Sonrió todavía más dejando la copa a los pies del butacón
- Cuando Vincent todavia vivía el sótano estaba forrado con una exquisita alfombra roja con montones de finas estanterías repletas de libros interesantes y un billar acompañado de unos butacones y una pequeña mesa en la que nunca faltaba algo de picar a juego con el té de la tarde  - El hombre se levanto de la vieja butaca dejando el libro sobre esta y comenzó a caminar por la estancia. Caminaba escrutado cada rincón, añorando los momentos del pasado - Desde el día que nacieron los gemelos teníamos que bajar a hurtadillas porque Rachel creía que esto no era buena influencia para sus pequeños hijos.
Conforme fueron creciendo ella insistía mas y mas en que teníamos que parar de hacer el trabajo sucio de la reina, a mi me daba igual, la ventaja de ya estar muerto... Ellos eran dos niños curiosos. Ciel era extrovertido y carismático, sin embargo su hermano era mas introvertido y dulce. Siempre estaba enfermo, tuvo complicaciones durante el parto, nadie esperaba nada de el ni siquiera su supervivencia. Sin embargo siempre sobrevivía a sus graves ataques. Me quede muchas noches en vela vigilando su salud. El siempre era tan cariñoso y tan cálido con sus cercanos... Me sentía parte de su familia y hubiera dado mi vida por ellos. Sin embargo, Rachel tenia razon. Un día el nombre de los Phantomhive apareció en mi registro de muertes - El shinigami recogió el viejo libro gastado del asiento mirándolo fijamente sin abrirlo. Parecía un tomo cualquiera, sin portada remarcable, solo un número, pero el lo cogía como si lo odiara, su mirada se estaba cristalizando, su voz se estaba quebrando - Sin aviso, sin tiempo para actuar - Sebastian estaba realmente sorprendido, sorprendido por ver lagrimas caer de alguien tan fuerte como el shinigami, sorprendido por ser capaz de sentir una sofocante opresión en el pecho al escuchar esa historia con tanto dolor narrada - yo estaba lejos y de que quise llegar ya era tarde. No quedaba nada y no pude alcanzar a los gemelos a tiempo. Tu llegaste antes. Solo tenía cenizas de lo un día fue mi vida.
- ¿Solo has venido por la nostalgia y el arrepentimiento? - La mirada del albino se alzo del libro directamente al demonio.
- Ellos eran mi familia... El día que apareció el nombre de... del actual "conde" me preguntaba si había terminado su contrato o simplemente ... No había podido mas con la farsa.
- ¿Como que esta en el libro? - La opresión en su pecho se intensificaba parecía costarle hasta respirar y por algun motivo se estaba mezclando todo con miedo, pronto comenzaba a sentir el sudor frio y la punzante necesidad de solucionarlo.
- Si el contrato no ha finalizado entonces va a ser la opción B. Se ha cansado. Ha decir verdad... Nunca creí que pudiera estar tanto tiempo fingiendo ser todo lo que nunca fue. - El albino volvio a bajar su mirada al libro, abriéndolo por una de las ultimas paginas y señalando con pulso tembloroso el nombre claro y conciso. El nombre que el menor tanto habia trato de borrar, el nombre de quien se habia borrado a si mismo de la historia. - Era...Es un niño que decidió morir en lugar de su hermano. Decidió que no era el el que tendría que haber sobrevivido. - Eso era una cruel realidad, el verdadero Ciel se pudría en un ataúd mientras el conde moría en vida fingiendo ser el, deshaciéndose en desesperación, ahogando su vida en desasosiego - Aunque... supongo que ... tu jamas lo entenderás. Esta bien, no puedo impedir algo que ya esta escrito pero... Eso incumple el contrato por lo que no puedes comer su alma, deja que el ultimo de los Phantomhive descanse en paz. Deja al ultimo de mi familia tener un descanso.
- Yo... No... - Estaba sudando en frío, no podía ser, no podía permitirse perder algo que acababa de describir, no podía perder al menor, no ahora - ¿Se puede evitar? - Su voz titubeó y su mente estaba comenzando a enturbiarse con miles de ideas, miles de planes para evitar un desenlace catastrófico 
- Ya esta en el libro. El destino esta escrito y ni siquiera un demonio es capaz de luchar contra lo inevitable - Tenia que haber alguna forma, debia de haberla, no podía simplemente aceptarlo.
- ¿Que información da el libro?
- No te voy a ayudar a alargar su sufrimiento
- No yo...
- Si no me vas a dar su alma luchare por ella.
- No voy a dejar que muera
- No puedes darle lo que necesita demonio. No es nada material, no es simple compañía. Necesita... No estar solo y tu perfecta persona en ese aspecto esta roto por el mero echo de ser un demonio
- No esta solo
- No esa clase de solo... Da igual. Ya lo recojeré cuando suceda. - El demonio se quedo helado apenas llegaba a comprender que era exactamente lo que estaba diciendo el shinigami, pero por otro lado, sabia perfectamente a que se refería. Estaba hablando de esa calidez. Esa calidez que el menor le proporcionaba a el ¿era reciproco? ¿O solo el era capaz de sentirlo?
- ¿Sabastian? - La voz del menor hizo eco por los oscuros pasillos del sótano -¿Estas ahí?
- Enseguida subo bocchan - Pudo ver la ahora quebrada mirada del shinigami persiguiendo esa voz escalinata arriba. Estaba como los buitres esperando su muerte - Escuhame bien shinigami porque no voy a dejar que muera.
- Tu ya no tienes poder sobre eso demonio 

Teoría Y ExperienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora