Viaje

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-Si yo fuera tú -sentenció Tanner- no habría venido al garaje hoy.

-Estás deseando de irte Gordo, no has tocado no un solo coche -dijo Chris.

-He perdido la cuenta de las veces que habéis dicho esa frase. Callaos ya - miré la hora en el reloj de pared- además ya es la hora. Salgo de la oficina para avisar a los chicos que toca el descanso del almuerzo.

-Pásalo bien papi, podeís incluir la playa en la lista de sitios en los que habeis follad...

-Rico, cállate.

-Hecho el amor.

-Eso está mejor.

-Como animales papito.

Pongo los ojos en blanco, los chicos me abrazan  mientras Ox y Robbie me esperan en el coche. Las maletas ya están hechas, así que Mark y yo podríamos irnos cuando terminase el turno, aunque queremos despedirnos de la familia comiendo con todos, por lo que Ox conduce hasta la casa del pack.

-Enserio no te preocupes por el garaje, está en buenas manos.

-Lo sé.

-Pasadlo muy bien, tomad el sol, descansad, relajaos...- empieza el novio de Kelly.

-Si, si. Parece que estas más contento que yo de que me vaya unos días.

- Merecéis unos días juntos y a solas- dice el más alto mirándome a los ojos.

Había pensado muchas veces como sería vivir con Mark, es decir, antes de que nos perdonásemos y arreglásemos nuestros problemas y empezásemos nuestra relación. Imaginaba fiestas como Navidad, cumpleaños y vacaciones en verano. Fue idea suya, pasar unos días en la playa y no pude ocultar mi felicidad. Empecé a reírme y le besé y él me besó.

-Pues sí- sonreí. Pero si pasa algo...

-Gordo.

-Llamadnos eh, si necesitas hablar o ...

-Gordo.

-Vale.

Poco después aparca el coche al lado del de Elisabeth. El SUV de Mark, nuestro SUV, está con las ventanillas bajadas y preparado para pisar la carretera. Echaba de menos a Mark cuando iba a trabajar, eran unas horas pero lo echaba de menos.

- Al llegar al comedor Kelly y algunos más ya estaban sentados en la mesa y el resto traía los platos que faltaban. Estaba hablando con los de la habitación cuando Mark salió de la cocina. Me giré y esperé a que llegara.

-Hola.

-Hola.

Puso la mano derecha en mi mejilla  y la otra más arriba de la cadera y me besó. Sonó húmedo cuando nos separamos. Sentía su calor y su olor y su brazo rodeándome. El también me echaba de menos.

-Vamos siéntate- me preparó una silla y se sentó al lado.

-¿Qué has hecho hoy?- pregunté

-Limpié la casa y planché dos camisas que me quiero llevar al viaje. Miré otra vez la maleta, no falta nada, fui a llenar el depósito de diesel y vine con Elisabeth.

-Hola Ox, Gordo, Robbie - saludó la madre que entraba en ese momento.

-Buenas.

-Hola.

-Hola Elisabeth.

-¿Y tu día que tal?

- Ha sido tranquilo, más que otras veces. Robbie me ha enseñado algunas cosas del maldito ordenador.

Gordo Livingstone y Mark BennettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora