- Gordo, no te olvides de las llaves cariño- le recuerdo en el marco de la puerta de nuestra casa.
-¡Las he cogido!- suena su voz por la cocina. Consigo identificar sus pasos acercándose apresuradamente. - Voy, voy, ya voy.
-Sin prisa cielo.
Gordo acaba de aparecer frente a mi, con la mochila preparada para esta noche colgada en sus hombros y unas bolsas no muy grandes en las manos.
- ¿Se nos olvida algo?
- No- dice llegando a mi altura y estirándose para darme un beso rápido en los labios- conduces tú- y sale al porche, desde donde abre el coche con los botones del mando.
- Sin problema- cierro la puerta y me dirijo a nuestro coche, él ya se está abrochando el cinturón en el asiento del copiloto y claramente se ve entusiasmado.
- Si no te das prisa - inquiere mi amado Gordo- tus malditos sobrinos se van a comer todos los cruasanes de chocolate. Y no me da la gana.
Me sale una risa tonta, ya estoy sentado y con la mano izquierda maniobro para atarme el cinturón mientras me giro para besarlo - no voy a permitir que eso pase, serás el primero el probar esos cruasanes.
-Cumple tu promesa Bennett.
Arranco el coche. Durante el breve recorrido Gordo apoya su brazo en la ventanilla bajada, haciendo que el sol ilumine su cara y que el viento revuelva los mechones de su pelo negro. Suena Kings of Leon de fondo y pienso que son estos sencillos momentos los que valen la pena, que a pesar de todo lo malo, aún estoy de pie y es gracias al hombre que tengo al lado. El amor de mi vida, el niño que me enamoró cuando apenas éramos el niños, el que ha estado conmigo, aún en todos los años que hemos estado separados.
-Ey.
Aparto la mirada para verle.
-¿Qué piensa esa cabecita tuya?
Maldita marca, ahora él sabe hasta cuando me apetece cagar.
-Mark. Estamos aquí, tu y yo, todo está bien.
Aprovecho que hemos llegado a la casa familiar para aparcar el SUV. -Sí, tienes razón.
Nos acercamos a la vez, el posa su mano en mi nuca y yo pongo las mías en cada una de sus mejillas. Nos besamos y me siento la persona más feliz del mundo. Cálido, suave, tierno, todo eso al mismo tiempo. Separa nuestros labios y posa su frente en la mía.
-¿Mejor?
-Sí. Eres el mejor.
-Umm.
-Eres el amor de mi vida, ¿lo sabías?
No puede evitar reírse, no puede contener la felicidad. Se acerca de nuevo para... ¡OYE! ¡Guarrerías aquí no!
Carter es estúpido. Idiota.
Lo fulmino con la mirada y abre mi puerta para que baje.
-Ya me perdonareis por cortaros el rollo.
-Nada hombre- respondo mi novio, ya rodeando el capó para unirse a nosotros. -Cuando te vayas a tirar a mi hermano la próxima vez, ya estaremos ahí para interrumpir.
Mi sobrino se sonroja y empieza a bromear con Gordo. Puede que haya estado con muchas chicas pero esta vez se ha enamorado, y en ocasiones actúa como un adolescente inexperto.
Entramos en el caos de la cocina, Elisabeth está sacando del horno la bandeja de cruasanes y avisa a gritos que tengamos cuidado de no quemarnos. Ox aparece de repente por la puerta que conecta con el salón de la mano con Joe, se acercan a saludarnos y aprovechan para llevar bebidas a la mesa. Vamos con ellos al jardín, ya que está todo casi listo.
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Gordo Livingstone y Mark Bennett
Fiksi PenggemarFanfic de Gordo y Mark, personajes principales de Ravensong y que pertenecen a la saga de Green Creek, de TJ Klune.