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Me despierto con frío y desorientado. Temblando miro el reloj, las once de la noche. Oh, sí… Tú. Acaricio mi barriga.

¿Dónde está Yibo? ¿Está de vuelta? Rígidamente me levanto del sillón en busca de mi esposo.

Cinco minutos más tarde, me doy cuenta de que no está en casa. Espero  que no le haya pasado nada.

Me dirijo al cuarto de baño y me hago un baño rápido, el agua está tan fría.

Él todavía no ha regresado cuando salgo de la bañera. Me cambio a uno de mis pijamas comodas y mi bata y me dirijo hacia el gran salón. En el camino, me asomo en el cuarto de invitados. Tal vez esta podría ser la habitación de Pequeño A-Bao.

Agarrando el edredón de la cama de invitados, me dirijo a la gran sala para mantenerme en vigilia.

Agarrando el edredón de la cama de invitados, me dirijo a la gran sala para mantenerme en vigilia

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Algo me despierta. Un sonido.

—¡Mierda!

Es Yibo en el hall de entrada. Oigo el roce de la mesa por el suelo otra vez.

—¡Mierda! —repite, más apagado esta vez.

Entro a tiempo para verlo tambalearse por las puertas dobles. Está borracho. Mi cuero cabelludo pica. Mierda, ¿Yibo borracho? Sé lo mucho que odia a los borrachos y lo poco tolerante al alcohol que es.

—Yibo, ¿estás bien?

Se apoya en la jamba de las puertas del vestíbulo.

—Sr. Wang —arrastra las palabras.

Mierda. Está muy borracho. No sé qué hacer.

—Oh… te ves muy bien, Zhan Zhan.

—¿Dónde has estado?

Pone sus dedos en sus labios y sonríe torcido hacia mí. —¡Shh!

—Creo que será mejor que vengas a la cama.

—Contigo… —Él se ríe por lo bajo.

¡Riéndose por lo bajo! Frunzo el ceño y pongo suavemente mi brazo alrededor de su cintura, ya que apenas se puede soportar, y mucho menos caminar. ¿Dónde ha estado? ¿Cómo llegó a casa?

—Deja que te ayude a ir a la cama. Apóyate en mí.

—Eres muy hermoso, Zhan Zhan —se inclina sobre mí y huele mi pelo, casi tirándonos a los dos.

—Yibo, camina. Te voy a poner en la cama.

—Está bien —dice como si estuviera tratando de concentrarse.

Nos tropezamos por el pasillo y, finalmente, llegamos a la habitación.

—Cama —dice, sonriendo.

—Sí, cama —lo maniobro a la orilla, pero él me sostiene.

—Únete a mí —dice.

—Yibo, creo que necesitas dormir un poco.

Shades Freed || YiZhan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora