No Molestes! | ♡BillDip Chats♡

🔞Especial 59k🔞

[BillDip]

Pov Bill

Estaba sentado frente a la puerta de la gran cabaña, esperando a que Pino se decidiera a abrirme ya que llevaba casi cuarenta minutos aquí afuera. El trasero se me acható incluso más de lo que ya estaba, pero no iba a irme, como el buen activo que soy tengo que consentir a mi niño.
Volví a golpear la puerta, obteniendo la misma respuesta de hace tres minutos "¡Que ya casi esta listo dije!", Mabel siempre tan amable.

-Cuando este listo ya seré viejo.- Susurre.

-¡Escuché eso!.- Contestó Pino muy "cariñosamente".

-Bebé, ¿Por qué tardas tanto si te oigo que estás en el primer piso y no en tu habitación preparándote como dices?.- Traté de disimular mi impaciencia, cosa que nunca funciona, pero se vale el intento.

-Hay más de una forma de prepararse... ¡Hey!.- Aclaró Mabel, siendo callada por Pino seguramente.

-Oh... Perfecto, si es por eso yo espero todo lo que necesites.- Solté una risa casi inaudible, luego de eso volví a sentarme.

-No es eso... Lo juro, ya voy.- Respondió nervioso esta vez mi Pinetree, pero sabiendo que su pareja, osea yo, es un pervertido sin remedio.

-Entiendo, apresurate amor.- Dije divertido por la situación.

Y finalmente escuché el sonido de la perilla girar, levantándome a la velocidad de la luz para luego asegurar de que valió la pena tanta espera. Miré completamente a mi pequeño, tan hermoso como siempre y más.

-Ya deja de mirarme mientras babeas y vámonos.- Pidió avergonzado y caminando hasta estar a mi lado. Plantó un rápido beso en mis labios haciéndome reaccionar.

-Podría comerte ahora mismo.- Aseguré agarrando su cintura.

-¡Yo permito eso totalmente!.- Chillo Mabel, apenando aún más a mi bebé. Nos despedimos mientras yo reía para, por fin, ir a nuestra tan esperada cita.

En el camino Pino estuvo tan normal como siempre; se apenaba, se "enojaba" y hablábamos de cosas triviales como que una vez dormí de cabeza y entre más cosas extrañas pero comunes para nosotros, con algún que otro beso de por medio.

[...]

Ya en el restaurante, habiendo pedido nuestros almuerzos, nos sentamos en una de las mesas privadas para poder hablar tranquilamente.
En un descuido pude ver como Pino se ensuciaba el costado de su boca sin darse cuenta y como todo un cliché acerqué mi mano para limpiar su boca con mi pulgar mientras mis demás dedos reposaban en su mejilla para luego lamer mi pulgar provocando que mi pareja se sonrojara.

-Come tranquilo, cariño.- Terminé de decir cuando vi como tragaba lentamente.

-Voy al baño.- Avisó nervioso, yo simplemente asentí sonriente.

[...]

Ya había pasado un buen rato y Pino aún no volvía así que quise asegurarme de que estuviera bien, me dirigí al baño, entrando sin ver a un alma. Comencé a revisar los cubículos uno por uno preocupado, encontrando a mi bebé en el tercero sentado y totalmente sonrojado, con ambas manos cubriendo su jean en la parte de la entrepierna.
Rápidamente entendí y cerré el cubículo, lo paré sentándome donde él se encontraba y colocándolo sobre mi regazo.