CAPÍTULO 2

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Unas horas más tardes por fin terminé de organizarlo todo en mi habitación. Había tenido mucha suerte, ya que a los demás les había tocado compartir habitación, mientras que a mi me dejaron una para mí sola, ¡y menos mal! Porque habría pasado demasiada vergüenza.

Viendo que todavía me quedaban unas horas libres y ya que todos se habían ido sin mí, decidí pensar en todo lo que me había sucedido en tan poco tiempo.

Había conseguido entrar en la FMS Argentina, mi gran sueño, y gracias a ella había conseguido conocer a personas increíbles que jamás llegué a pensar que conseguiría conocer y me había hecho amiga de ellas. Bueno, aunque de eso último no estaba muy segura, no creo que darse de bruces con alguien sea hacer amigos, pero por otra parte estaba Replik, que aunque solo hubiésemos intercambiado unas bromas, pienso que nos llevábamos bien, ¿no?

No sabía por qué nunca había sido una persona social o con un grupo grande de amigos. 

Desde que era pequeña me quedaba apartada en una esquina del recreo comiendo mi bocadillo mientras los demás pasaban y me miraban como si fuese un bicho raro. Puede ser que por eso no me guste ser el centro de atención, porque siento que todos me juzgan con la mirada.

Por eso cuando vi que antes empecé a ser el centro de atención me sentí fuera de lugar e incómoda. 

Menos mal que estaban demasiado ocupados siendo egoístas como para darse cuenta de que me escabullía para estar en un sitio más tranquilo. Si lo pienso bien, no sé en qué momento el ir corriendo a ver al nuevo animal del zoo se convirtió en un vamos a ir a pasárnoslo bien sin ella. Pero eso no es algo que me moleste, prefiero estar tranquila en mi habitación con mis pensamientos a estar en algún tipo de discoteca con música tan alta que ni pueda escucharlos.

De repente algo me hizo salir de mi trance, ¡estaban llamando a la puerta! Esperaba que quien sea que estuviese llamando no llevase un rato aporreando la puerta.

Bajé corriendo de la cama, me puse las zapatillas y fui corriendo a abrir la puerta.

¡Era Manu! ¿Ya habían vuelto todos? ¿Cuánto tiempo había pasado sumergida en mis pensamientos?

R-Hola

P-Hola

R-Los demás siguen fuera pero yo me aburría así que decidí volver-dijo como respondiendo a mis pensamientos-¿Puedo pasar?

P-Emm...¡Si! Si, claro.

Él entró y sin decir nada más se sentó en el borde de la cama mientras se ponía a mirar a su alrededor.

¡Punto para mí por haber ordenado mi habitación!

P-¿Tan aburrido estaba todo que prefieres estar aquí conmigo en vez de en una fiesta con el resto?-dije sin poder ocultar mi sonrisa burlona.

R-Emm...yo...esto...-empezó a tartamudear mientras se sonrojaba-Pensé que como te habías quedado sola...tú...tal vez...preferías no estarlo.

P-No te preocupes-dije riéndome con ternura-Está bien, además si que es cierto que me estaba empezando a aburrir aquí sola.

Eso pareció tranquilizarle y volver a su estado normal de me importa un pepino lo que pase a mi alrededor.

R-¿Qué te apetece hacer?

P-No sé, el que venía con la intención de que yo dejase de aburrirme eras tú.

R-Ya, pero la que estaba aburrida eras tú.

P-Y tú también, que por algo has venido.

R-¿Qué pasa?¿Que no puedes dejarlo estar y dejarme ganar por una vez?-dijo riéndose.

P-Ya te dije que yo siempre tengo la razón-dije uniéndome a sus carcajadas.

R-Claro, claro-dijo mientras paraba de reírse-¿Por qué decidiste empezar a rapear y a hacer freestyle?-preguntó con mucha curiosidad y seriedad de repente.

¿Estaba preparada para contárselo? Aunque suene extraño, nunca me habían hecho esa pregunta y me daba miedo responderla. También me daba miedo contarle algo tan personal, ya que estaba acostumbrada a que la gente me traicionase y acabase contándole todo a todo el mundo. Sin embargo y sin saber por qué, sentía que podía confiar en él, tal vez me arrepentiría en el futuro, pero aún así decidí contárselo.

P-A ver, digamos que en el colegio nunca fui especialmente popular y nunca le llegué a caer bien a nadie. Todos me insultaban y se reían de mí y cuando no hacían eso todos me ignoraban y me convertía en alguien inexistente, invisible. Nunca se lo llegué a contar a nadie; hasta ahora, claro; porque no sentía que mereciese que la gente se preocupase por mí y mucho menos mis padres, además de que tenía miedo. Miedo a que si lo contaba todo se volvería en algo mucho peor. Un día me saltó en youtube una batalla de free en recomendados y de ahí me enganché a ellas, tanto que un día pensé: ¿por qué no intentarlo? Y así fue como empecé a improvisar. Eso me ayudaba a desahogarme y sentirme libre, al menos durante unos minutos y dejar de pensar en mis problemas. Nunca me ha gustado hablar sobre esto porque no me gusta recordar esa época de mi vida de la cual yo pensaba que nunca llegaría a salir y porque me da miedo volver a lo mismo si no paro de recordarlo-unas lágrimas amenazaron con caer pero las contuve y miré a Manu intentado descifrar que es lo que estaría pasando por su cabeza en aquel momento.

Su respuesta ante mi desahogo fue cogerme de la muñeca buena y atraerme hacia él para abrazarme.

Ese gesto sin saber por qué me hizo sentir segura y que nada malo podía suceder si estaba con él.

De repente alzó una mano y la posó en mi mejilla para quitarme unas lágrimas que rodaban por ella, ¿en qué momento había empezado a llorar? El tiempo y todo lo demás parecía no tener sentido estando abrazada a él, como si por un momento hubiese entrado en su mundo y logrado entender el por qué le daba igual lo que pasase a su alrededor.

ENTRE RIMASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora