CAPÍTULO 3

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Tras unos minutos abrazados, llegó el momento que no quería que llegase, él me soltó mientras me miraba con cara de preocupación.

P-Estoy bien, tranquilo-dije sabiendo lo que me iba a preguntar.

R-A veces es bueno desahogarse, ¿sabes?

P-Pues yo ya lo he hecho, así que ahora te toca a ti-dije intentando formar una sonrisa, aunque solo quedó en eso, un intento.

R-No creo que sea ahora el momento más adecuado. ¿Y si salimos a dar una vuelta para que nos dé el aire?-dijo mientras suplicaba con los ojos que dijese que sí.

P-Bueeeno, está bien, vamos-dije ahora sí formando una sonrisa.

Salimos de la habitación y del hotel.

Empezamos a recorrer calles que eran completamente desconocidas para mí, menos mal que iba con él, porque si no me habría perdido.

Hablamos de todo y de nada, pero sobretodo nos reímos mucho.

No sé cuánto tiempo después, Manu interrumpió nuestro momento de felicidad.

R-Creo que deberíamos de volver ya, los demás habrán vuelto ya y se extrañarán cuando no nos vean.

No me había dado cuenta de que ya se había hecho de noche hasta ese momento. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que Manu y yo nos fuimos?

Volvimos tranquilamente hacia el hotel. ¿¡Pero qué hora era!? Para cuando llegamos al hotel estaba todo apagado y ni siquiera había alguien en recepción.

P-Wow, pues si que es tarde-dije riéndome.

R-Te lo dije-dijo riéndose también.

P-JA JA, que gracioso eres-dije con sarcasmo.

R-Lo sé-dijo volviendo a reírse.

Llegamos a mi habitación y empecé a buscar la tarjeta para poder abrirla.

P-¡Oh, oh!

R-¿Qué pasa?

P-No encuentro la tarjeta para abrir la habitación, ¡me la he tenido que olvidar dentro!

R-¿Qué vas a hacer?-preguntó con preocupación.

P-¡No lo sé! Ya han cerrado recepción, así que tengo que esperar hasta mañana para poder pedir que me den una copia.

Nos quedamos un rato pensando en posibles soluciones.

R-¡Ya sé!-dijo victorioso-Puedes venirte a mi habitación esta noche si quieres-dijo sonriéndome.

P-Yo...no sé si...

R-¡Venga ya!-dijo interrumpiéndome-¡Ni que pudieses ir a otro sitio!

P-Está bien...pero sigo sin estar convencida.

Fuimos hasta su habitación, sacó su tarjeta y la abrió.

¡Oh, no! Dentro estaban Dani y Nacho. ¡No me acordaba de que los demás compartían habitaciones! Esta iba a ser una noche larga.

R-¡Hola!-dijo tranquilamente mientras entraba.

DR y N-¡Hola!

DR-Veo que vienes con visita.

R-De echo se  queda hoy aquí a dormir-dijo. Y tras disfrutar de la cara de tontos que se les había quedado continuó-Se le ha olvidado la tarjeta de la habitación dentro y ya han cerrado la recepción.

N-¡Vaya! Que buena forma de acabar tu primer día aquí!-dijo riéndose.

Noté que empezaba a sonrojarme, lo que aumentó la gracia para ellos y se empezaron a reír aún más fuerte.

P-Si...suelo ser un poco torpe a veces...

DR-Oye, puedes entrar si quieres, ¿o vas a dormir en el pasillo?-dijo en tono de burla.

Hasta ese momento no me había dado cuenta de que todavía seguía fuera de la habitación.

P-Ah vale-dije vergonzosa.

N-No tengas vergüenza mujer, que no te vamos a hacer nada-dijo riéndose.

P-¿Por qué me tendría que fiar de vosotros?-dije con chulería.

DR-Pues deberías si se supone que esta noche vas a dormir aquí-dijo riéndose.

P-Buen punto, pero aún así no me fío de vosotros-dije riéndome.

Parecía que todo iba mejor de lo que esperaba.

 R-¿Vas a dormir así o prefieres que te deje algo?-dijo señalando mi ropa.

P-Pues...ahora que lo dices...si es cierto que será algo incómodo para dormir, pero no hace falta que me dejes nada, de verdad, puedo dormir así, no importa-dije sonrojándome por enésima vez en lo que iba de día.

Sin hacer más preguntas abrió la puerta del armario, cogió una camiseta que le tenía que quedar grande hasta a él y me la tiró a la cara.

R-Esto te será más cómodo, a la derecha está el baño para que puedas cambiarte.

Fui casi corriendo al baño para no seguir pasando vergüenza ahí. Una vez dentro y con la puerta cerrada me miré al espejo. ¡Madre mía! ¿Tan colorada estaba? Y sin embargo no reflejaba ni la mitad de la vergüenza que sentía en aquel momento.

Decidí tomarme mi tiempo para poder calmarme.

Cuando vi que dejé de estar roja, decidí cambiarme rápidamente sin mirarme al espejo para no verme con esa camiseta puesta y volver a ponerme roja.

Una vez lista, respiré hondo y abrí la puerta.

No había nadie en la habitación, así que decidí ir a la pequeña salita que había.

DR-¡Venga ya! ¿Le dices que venga aquí a dormir sin más? ¡Sí, claro! Eso no es propio de ti, así que desembucha.

¡Hablaban de mí! Di unos pasos marcha atrás rezando por que no me hubiesen visto y me pegué al marco de la puerta para seguir escuchando.

R-¿Qué? ¿De qué hablas? Yo...pufff...no tiene sentido-dijo. Y por la forma en la que lo dijo ya sabía que se había puesto colorado.

N-¿Estás seguro de que no sientes nada por ella?

R-¡No! Osea...¡Sí! Yo...emmm...

N-¿Ni lo más mínimo?-le interrumpió.

R-A ver, es mona y me cae genial, pero la conocí esta mañana, es imposible que pueda sentir algo por ella, ¿no?

Ahora era yo la que se ponía colorada, ¿de verdad él podía llegar a sentir algo por mí? ¿Y yo? ¿Qué era lo que yo sentía hacia él?

Para cuando volví a la realidad decidí que era hora de ponerle fin a aquello, así que entré.

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⏰ Última actualización: Aug 27, 2020 ⏰

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