Capítulo 5°.

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-Sí Lissa, ya te dije que estaría bien —Bufó Amy mientras escribía algo en el ordenador -Si no estoy cuándo llegues, estaré con Espenser en su casa —Se levantó mirándome pícara—

-Déjate de royos, anda —La miré riendo y saliendo por la puerta -Usen protección —Grité antes de salir por la puerta y cerrar—

Coloqué mis casco y me puse música. No estaba muy segura de dónde iba, hoy era uno de esos días en que todos tenían resacón y yo era la única tonta que estaba bien y tenía ganas de correr. 

Hoy era un día bueno, comparado con otros días aquí en Londres, donde diluviaba. La gente paseaba tranquila por el paseo. Miré a la derecha y vi una tienda que me llamó la atención y decidí entrar.

Era una tienda nueva por lo que se veía, pero había buen hambiente y buena música. Di una vuelta por allí, y vi una camisa que llamó mi atención. Le pregunté a una señora que si se podía probar y asintió amablemente señalándome los probadores. Me acerqué al primero, y el pestillo estaba cerrado con gente dentro. Abrí la segunda y pegué un grito, haciendo que la puerta se cerrara de golpe.

-Idiota, me asustaste —Grité con las manos en el pecho—

-Pero fuiste tú la que entraste sin permiso —Se puso la camisa sin mirarme—

-Pero cierra la puerta con pestillo, idiota —Hablé decidida dándome la vuelta para salir—

Bien. La puerta cerrada por fuera.

-Mierda —Me quejé intentando abrir la puerta -Estamos encerrados —Dije sentándome en el suelo dándole la espalda—

-¿Qué? —Gritó él levántandose y corriendo hacia la puerta, intentó forzarla, pero no valió -¿Ves? Esto no hubiera ocurrido si tú hubieras entrado llamando a a la puerta como las personas normales —Se quejó y yo abrí los ojos de par en par—

-¿Perdón? —Pregunté perpleja -No te aguanto Harry, te lo juro, te lo prometo —Grité acercándome a él -¿Por qué dios te hizo tan imbécil? —Pregunté cerca de sus labios enfadada—

Él se mordió el labio inferior, y después sonrió. 

-Para de hacerte el gracioso porque no se te da nada bi.. —Me interrumpió plantando su boca en la mía—

Le seguí moviendo mi boca a la misma vez que él. Mordío mi labio y se me escapó un gemido, noté como una sonrisa se le formaba al escuchar mi gemido inecesario.

-¿Hola? —Se escuchó una voz abriendo la puerta—

Harry y yo nos separamos rápidamente dejándonos con caras de idiotas a los dos. Una señora mayor entró al probador y nos miró con el ceño fruncido.

-Jóvenes, ¿Interrumpo algo? —Preguntó la señora cambiando la cara—

Puta viejas, no te creas joven y no preguntes que hacíamos. Obviamente no te vamos a contestar que estábamos a punto de follar. En verdad, la mujer me salvó. Te amo señora del bastón.

-No fue nada señora —Sonreí cogiendo mi mochila del suela, y mis gafas de sol -Un placer —Sonreí saliendo de allí—

Corrí lo más rápido que pude hacia casa de Make. Malidate sea el día en que yo entré a ese probador y maldita sea la hora en que le respondí el beso a ese idiota.

Llegué a la puerta de Make, y llamé al timbre. Estaba afisiada, joder no había corrido más en mi vida desde la vez que Amy y yo nos colamos en el camerino de Crhis Brown.

-Nena, ¿Qué estás haciendo aquí? —Sonrío Make al verme—

Él lucía raro, los pelos despeinados, sin camiseta y en vaqueros desabrochados.

Hold me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora