CAPÍTULO 1

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Akame era médica y, aunque en sus años de universitaria estudió las carreras de Medicina general y Física teórica al mismo tiempo y dedicó toda su vida estudiantil a trabajar duramente, la vida, en su caso, giró de la forma más insospechada: había acabado ejerciendo de enfermera en sus ratos libres.

En la universidad conoció a Kaito y rápidamente se enamoraron. Un año después de acabar los dos doctorados, en 2009, Akame se casó con Kaito, justo después de que sus padres murieran en un terremoto en Tokio en el año 2008. Akame se doctoró en medicina y física casi al mismo tiempo, y poco más de tres años después, en 2011, ya estaba trabajando en un hospital, cuyo dueño era el padre de Kaito.

A Akame nunca le gustó que los demás hicieran sus deberes, pero, como estaba embarazada de Mio, pensó que lo mejor era conseguir un trabajo lo antes posible. Así se convirtió en jefa de enfermería en el Hospital Central de Soya'Rhöw por enchufe del director Koji Ayuzawa. Aunque en realidad solo era la jefa del departamento de enfermería y su verdadero trabajo se encontraba en el departamento de cardiología, pasaba la mayor parte del tiempo vestida con el uniforme de enfermera como si realmente lo fuera.

Aquel día radiante era uno como cualquier otro para Akame. Era veintinueve de mayo de 2016, su cumpleaños, pero ni siquiera había tenido tiempo para pensar en ello. Había tenido que hacer una suplencia en el turno de noche y su cerebro estaba demasiado ocupado.

La mañana era soleada y Akame acababa de terminar su turno. Aún con el uniforme de enfermera, abrochándose la chaqueta y buscando las llaves del coche al mismo tiempo, Akame bajó rápidamente las escaleras de la entrada para irse a casa definitivamente. Como una exhalación, y pisando por poco aun grupo de palomas que comían en la acera los restos de una barra de pan, Akame subió a su coche con las llaves entre los dientes y no perdió ni un instante para quitarse la chaqueta y el bolso. Se puso el cinturón de seguridad por encima. Al intentar encajar la llave para arrancar el coche, el sudor hizo que el llavero resbalara de sus dedos cayendo en el suelo del coche.

- ¡Kuso! - Akame se quejó y se echó hacia atrás el pelo con las manos. Por si no era bastante, el mundo parecía tenérsela jugada el día de su cumpleaños. Haciendo contorsiones circenses consiguió colarse debajo del volante y coger las llaves, pero al incorporarse se golpeó con el volante en la cabeza. - ¡Gracias...! -.

Akame miró al volante con la cara cubierta por su pelo y, por fin, fue capaz de arrancar el coche. No tardó mucho en pisar el acelerador para largarse de allí. Si hubiese dicho que no, si hubiese mantenido su plaza en los laboratorios de la universidad... ahora no tendría que estar haciendo puñeteros turnos de noche. << ¡Baka!>> Estos eran los pensamientos que a menudo acompañaban a la enfermera cuando recordaba aquella cena familiar en abril de 2011 en la que su suegro le ofreció el puesto en el hospital.

Su suegro se parecía mucho a Kaito. Tenía el pelo negro y liso. Se solía peinar hacia atrás y cuando tenía el pelo mucho tiempo sin cortar se acababa pareciendo a Albert Einstein. De hecho, tenía un mostacho muy parecido, o eso es lo que creía Akame.

Kaito era prácticamente igual, pero con un fino bigote y una arreglada perilla y con treinta años menos. Aquella vez, su padre trajo su famosa tarta de salmón casera y Akame estaba encantada. Él sabía que a Akame le gustaba mucho esa tarta y la preparó para asegurarse de que la esposa de su hijo estaba de buen humor y en condiciones de recibir la noticia.

Cuando Akame fue informada sobre ello sonrió, pero esa sonrisa le dolió por dentro y, aunque no quería admitirlo, la tarta le produjo una indigestión que le duró varios años hasta que se acostumbró a trabajar en el hospital.

Todo aquello dejó de tener importancia en la mente de Akame cuando se dio cuenta de que, como un autómata, había aparcado el coche y estaba abriendo la puerta oxidada del portal del edificio en el que vivía: Numero 123 de la Avenida Dengel en el Barrio de Keeldoom. Sin pensar mucho más, entró y fue directa al buzón para ver si había correo.

AKAME (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora