Sigo caminando, como si nada. Como si no me hubiese encontrado con mi pasado tomandose un tinto con otra chica. Una muy mona, además. Ambos nos hemos visto e ignorado. Comportándonos como dos extraños que se cruzan en medio de Madrid.
Sigo caminando, tan normal. Siempre se me habia dado bien el hacerme la indiferente. Pero el temblor en mis piernas, está ahí, esa sensación de agobio en el pecho.
Nunca había sido de esos tíos que hipnotizan solo con pasar a tu lado. No es de esos de los que te enamoras a primera vista. Necesitas un segundo vistazo para darte cuenta de lo mono que puede llegar a ser. Pero una vez que eres consciente, deslumbra. Seguia siendo tan él y yo tan yo, que ignorarnos era la única manera para seguir siéndolo. Ya me había roto una vez, y no estaba dispuesta a tener que reconstruirme de nuevo.
Llego junto a mis amigas, con una sonrisa falsa implantada en la cara, y por primera vez, odio que me conozcan tanto.
– Y esa cara de mierda?- pregunta Cris, con su habitual sutileza.
– Cambiamos la cerveza por unos cubatas bien cargaditos?- esta vez es Marta la que pregunta, con su eterna sonrisa amable en su cara.
Yo simplemente asiento y me dejo caer en la silla libre junto a ellas.
– Lo acabo de ver, estaba tomándose una copa con una tia.
Me miran, no hace falta ni que pronuncie su nombre. Cris me pasa su cerveza y llama al camarero . Pide tres gin-tonics.
Esta conversación va a ser larga, y sentimentalmente dolorosa, las tres lo sabíamos. Ibamos a necesitar unas cuantas copas más. Ya lo habíamos hablado muchas veces en el pasado y el alcohol era mi mejor aliado para volver a recordar.

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Él
RomanceEl pasado siempre vuelve. Él ha vuelto. Mis sentimientos han vuelto. Y mi corazón está esperando a ser destruido en mil pedazos cuando decida marcharse de nuevo.
