Valentina

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"¡Oye, estoy muy orgullosa de ti porque no es fácil!" Dijo Valentina recuperando el aliento mientras señalaba a Juliana, acercándose a ella en la piscina. La chica de cabello oscuro le devolvió la mirada, sonriendo tímidamente. "Lo hiciste muy bien", continuó, riéndose más ahora e inclinándose para tocar sus frentes, ambas sonriéndose la una a la otra, sus manos alrededor de sus cinturas sin saber qué hacer, si debían o no ponerlas en las caderas de la otra.

"Esta helado", se rió torpemente Valentina, dando un paso atrás, en un intento de disminuir la tensión que se estaba acumulando en su interior al estar tan cerca de la otra chica. Pero poco después de eso, ella ya estaba pegada a Juliana, la necesidad de estar cerca de la chica más joven era mayor de lo que era racional para ella en ese momento. Eso mantenía una distancia. Mantener la distancia necesaria para que cualquiera que las vea piense que solo son dos amigas que pasan tiempo en la piscina. Porque eso era lo que eran.

Amigas.

Y las amigas no permanecen pegadas a los cuerpos de los demás en trajes de baño durante un largo período de tiempo. Las amigas no miran la boca de otras amigas sin poder apartar los ojos, sin poder pensar en lo suaves que deberían ser sus labios y lo acogedores que podían ser. Cómo se ven que encajarían perfectamente con los tuyos, juntos en un beso que Valentina no podía sacar de su cabeza, preguntándose cómo sería. Lo que ella sentiría.

Y era solo la boca de Juliana que Valentina podía mirar. Sus labios. En la forma en que estaban cerrados, tan cerrados de manera que Valentina podía imaginar la tensión en ellos, así como podía ver la tensión en los ojos de Juliana, intensa en ella al ver los ojos de Valentina bailando en esos movimientos constantes de mirar su boca y luego sus ojos, Valentina no pudo evitar pensar en ese contraste entre las dos en ese momento: Juliana parecía tranquila y contenida mientras que Valentina sentía que su corazón estaba a punto de salir de su boca.

¿Juliana también se sentía así?, ¿Pero no lo mostraba porque sabía cómo ocultar lo que sentía tan bien? ¿También sentía que su piel ardía con la proximidad de las dos y estaba tan preocupada como Valentina por lo que podrían estar sintiendo la una por la otra? Es decir, eso sí Juliana sentía lo mismo.

Estaban tan cerca que las manos de la más joven rozaban las suyas, pero no lo suficiente como para hacer contacto con su cuerpo, aún así podía sentirse arder en los breves momentos en que los dedos de Juliana le rozaron la cintura, aún por encima del traje de baño que estaba usando.

Luego Valentina decidió cerrar el espacio entre ellas, poco a poco, los labios de Juliana eran lo único que podía ver en ese momento mientras se acercaba, lo único que quería sentir, y ese sentimiento era tan genial que sintió que se le secaba la boca por lo que tragó saliva, humedeciendo sus labios al sentir las pequeñas respiraciones de Juliana mezclándose contra las de ella, cerrando los ojos cuando sintió sus cuerpos tocarse tan íntimamente por primera vez.

No podía esperar más así que terminó de cerrar el espacio entre ellas, sus labios temblaban, así como sus manos que estaban debajo del agua sosteniendo a Juliana en su lugar por miedo a que ella huyera o lamentara estar allí con ella.

En un movimiento lento, Valentina tocó el labio inferior de Juliana con el de ella en un movimiento dulce, pero lo suficiente como para hacerla sentir que todo su cuerpo se despertaba, haciéndola recuperar el aliento que ya era corto, jadeante, su cuerpo ya sufriendo la angustia de saber lo que es besar a Juliana Valdés.

Su corazón se aceleró a una velocidad que nunca hubiera imaginado que volvería a sentir, lo cual solo sintió en uno de los peores momentos de su vida cuando vio que le disparaban a su padre frente a ella. Pero ahora su corazón latía rápido por una razón completamente opuesta.

El Primer BesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora