"El ser humano es una entidad compleja"
El mundo de las finanzas en Corea, un mundo llevado en el corazón de Gangnam, donde hombres en traje jugaban un enorme juego de ruleta con millones de dólares cada día.
"El ángel que alguna vez conociste puede...
Who is running the show? Who is running the show? Who is running the show? Me
-Addict, Sunmi
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Era una mañana normal en el distrito de Gangnam.
Trabajadores saliendo de la estación de metro, en camino hacia sus turnos de 8 horas en sus diminutos cubículos.
Asistentes saliendo de los Starbucks más cercanos, con los pedidos especiales de sus jefes y tal vez de uno que otro ejecutivo.
Todo esto pasaba alrededor de el auto deportivo que cruzaba las calles del lugar con tranquilidad. Un alto apareció frente a él, haciendo que el chico de cabellos azul marino parara el lujoso Aston Martín.
Ajustó sus lentes de sol, viendo el camino sonriente.
Una llamada llegó a su celular, tocó un botón en el volante y esta fue contestada por el sistema Bluetooth.
"Park Jimin al teléfono" soltó.
"Ya tengo a Hye-Jin aquí" escuchó la voz de Taehyung al otro lado de la línea "Recuerda que tenemos cosas importantes de que hablar"
"Mira, no quiero oír aún nada sobre el estúpido de Min ¿Hiciste que Samsung firmará el contrato?"
"¿Tú qué crees? No pudieron resistirse. 30 millones en tu bolsa cariño" Jimin lamió sus labios antes de acelerar.
"Dile a Hye-Jin que me espere en la sala de juntas"
"¿En cinco minutos?"
"Dos" Jimin colgó antes de acelerar. Dejando que los 250 caballos de fuerza del auto se divirtieran un poco.
Dio una vuelta antes de estacionarse en el edificio más grande y alto de la zona. El alfa del valet se puso alerta al ver el auto del menor.
"Hola señor Park ¿Cómo está-"
Jimin lo interrumpió, lanzándole las llaves del auto. Acomodando sus lentes de sol.
"Póngalo en la sombra, y no dañe la pintura"
El chico ni se volvió, avanzando con una sonrisa hacia la puerta el edificio frente a él.
El guardia abrió la puerta, haciendo una reverencia, Jimin completamente ignorándolo.
Apenas entró, todas las miradas, de alfas, omegas y betas se volvieron a él. Todos le abrieron paso, con respeto o temor hacia su persona.
Jimin sonrió, caminando tranquilamente por el lobby del edificio, sus zapatos negros con plataforma dándole una posición más imponente.
Entró a un elevador, importándole muy poco que una chica ya estaba en este a punto de irse.
"Lo siento Señor Park" murmuró la beta, saliendo del elevador y dejándole solo, cómo a él le gustaba.
