Capitulo 29

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Los días habían pasado y todo parecía normal, pero para la joven pareja eran días dichosos jugaban durante horas en la bañera, se escuchaba risas y momentos después retumbaban jadeos y gemidos, se recostaban en el sofá para ver alguna película o jugar videos juegos todos terminaban en sexo, la cama era una luz verde para desvestirse y profanar mil veces más sus cuerpos, los dos eran demasiado lujuriosos, cada vez eran más escandalosos y desenfrenados... si esto fuera una historia omegaverse o Mpreng, Gulf ya hubiera parido su noveno hijo.

Aquel día, Mew se encargó de llevar a su hermana a la universidad ya que el auto de ella se descompuso asique Gulf se ofreció a acompañar a su suegra al mercado.

Estaba encantado haciendo esas compras acompañando a la señora Suppasit feliz de poder ayudarla, sentía tanto amor maternal por la forma en que la mujer lo trataba.

Y es que la madre de Mew lo estaba adorando, ella a igual que su hijo era muy observadora, tenía la virtud de escuchar y descubrir a las personas, y sabia que Gulf estaba hambriento por ese tipo de atención, sabía que su hijo tubo razón para luchar por aquel joven, porque a pesar de tener un aspecto frio y desinteresado una vez que revelaba su verdadero ser era una persona maravillosa, y Gulf disfrutaba de ese amor maternal que la mujer le brindaba, su corazón parecía vibrar haciéndole cosquillas en el pecho por ese sentimiento genuino.

Estaban platicando cómodamente llegando a la casa de los Suppasit cuando la madre de Mew pregunto
— ¿conoces quien es la que esta parada en la entrada de tu casa?... parece muy ansiosa tocando el timbre—preguntó mirando a la mujer.

Gulf no podía creerlo, el día estaba siendo perfecto para que lo arruine de esa manera, suspiró pesadamente y negó con la cabeza.

—Esa mujer, es mi intento de madre... ella nos abandono a mí y a mi hermana hace casi doce años —

La mujer asintió pensativa con el gesto un poco preocupada — ¿tienes una hermana? Nunca nos hablaste de ella... ¿está en Estados Unidos?—

Gulf nunca ha hablado de su vida con nadie que no sea con Mew, su novio ya sabía cada pequeño detalle de su pasado y jamás lo juzgó, es más, él juraba que lo amaba más por ser tan fuerte, por no haberse rendido, porque si se hubiera dado por vencido, hoy seguiría siendo un alma en pena sin esperanza de descubrir jamás a su mitad, el menor sonrió un poco triste, estaciono su auto frente a la casa de la señora y agacho la cabeza —Ella tenía leucemia... falleció hace 8... casi 9 años—

La mujer le acaricio la espalda y él se sintió como un niño siendo arrullado—Eres una persona fuerte Gulf... ahora sé porque Mew jamás se rindió contigo— hablo amorosamente
—puedes ayudarme a bajar las cosas o puedes ir a hablar con tu madre... tu decides—

—Perdí a mi madre hace años, esa de allá... no sé quien es—hablo y la madre de Mew entendió y le regalo una pequeña sonrisa antes de bajar del auto.

Gulf bajo y abrió el maletero del auto para bajar las compras sin siquiera mirar a la mujer, para su tranquilidad Milo se quedó con Chopper, después de lo que pasó, a pesar de que su vida ya era segura, ya no le gustaba dejarlo solo y sentía que estaba más seguro en casa de Mew que en la suya.

—Hijo...— escucho a la mujer hablarse bajito

Él lo ignoro totalmente, sin dejar de juntar las cosas y seguir a la señora Suppasit dentro de su casa.

—Gulf, hijo escúchame... no... no me ignores así— se apresuró en decir correteando con sus enormes tacones detrás de su hijo—Por favor— suplico desesperada, su hijo entraría en aquella casa y la dejaría sin la oportunidad de lo que vino a decir.

Mi razón de vivir (MewGulf) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora