Mi razón de vivir (MewGulf)

Prólogo

Gulf.

Gulf siempre se ha mostrado esquivo con todos a su alrededor. De ninguna manera planeaba hacer amistad con nadie, no por ser antisocial o tímido...

Una vida maldita y peligrosa, con su padre mafioso comandando su destino, era razón suficiente para evitar sentir afecto por alguien. Sabía que cualquier persona que se volviera especial para él se convertiría en un blanco para su padre. Utilizaría la vida de otros sin reparo, solo con el fin de manipularlo... Otra vez.

Mew.

Despreocupado y alegre, difícilmente una persona lograba captar su atención, pero era sorprendentemente fácil hacerlo terminar enamorándose perdidamente.

Pendiente únicamente de sus responsabilidades y su familia, era sobreprotector y demasiado cariñoso en la intimidad.

Fue un día cualquiera. No era una fecha divina ni había ninguna coincidencia especial que los hubiera hecho chocar y desencadenar chispas de amor.

Simplemente lo vio.

Ahí estaba él, lejos y al mismo tiempo tan cerca. Tal vez fue la primera vez que alguien llamó su atención de esa manera, tanto que no podía dejar de mirarlo, a pesar de que nunca lo notara.

Un día, se dio cuenta de que empezaba a necesitarlo. Después de tantos intentos, esfuerzos y persistencia, comprendió que esa necesidad era mutua. Sin embargo, eso no fue motivo suficiente para que esa persona especial lo dejara entrar en su vida. Se cerraba a él y al amor que podía ofrecerle, negándose a aceptar que sus corazones habían comenzado a latir al unísono, y eso le dolía.

La encantadora sonrisa del chico, su nuevo vecino, solo aparecía cuando jugaba con su perro.

Y Mew pasaba los días observándolo jugar con su adorable mascota desde la ventana de su habitación.

Uno tenía mucho amor para dar, mientras que el otro anhelaba recibir un poco.

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