Síndrome de Estocolmo

🌻 5

Sandra, desperté sintiéndome mareada y muy confundida, no podía moverme, mis manos estaban encadenadas por encima de mi cabeza, mi boca estaba cubierta con cinta, me dio muchísimo miedo y de la nada la puerta se abrió un hombre entró en la habitación, con esa horrible máscara, que tenía puesta cuando me atacaron.

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Luis, llegamos a casa, la encerramos en el cuarto encadenandola, ala cama me parecía terrible hacerle esto, pero no había otra opcion, si Matias descubría mi interés en ella, podría decirle al jefe, y me reemplazarian.

Matias
-Que pasa, estas muy raro, acaso es tu primer secuestro??

Luis
-Si, me tiene un poco nervioso esta situación.

Matias
-Mira con qué no le cuentes a nadie, con eso todo será perfecto, pero si tu andas de bocón, entonces todo irá mal.

Luis
-Yo no diré nada, son los nervios de principiante.

Matias
-Ya te acostumbrarás, a menos que prefieras hacer otras cosas??

Luis
-Nose ya veremos más adelante.

Matias
-Quieres una cerveza ??

Luis
-No, deseó estar bien para cuando despierte.

Matias
-Va tardar demasiado en despertar, así que tómate una así te relajarás.

Luis
-Ok, dame una.

Matias
-Creo que este trabajo hacido el más fácil de todos.

Luis
-Por qué lo dices???

Matías
-Pues por qué, no ofreció mucha resistencia, fue fácil de secuestrarla, solo faltó que ella misma nos pidiera hacerlo.

Luis
-Si, lo bueno de todo, es que no tuvimos que lastimarla, eso no me hubiera gustado.

Matías
-Pues a mí no me hubiera molestado, estoy acostumbrado a que se resistan.

Luis
-Creo que no deberías beber tanto, más si piensas conducir.

Matías
-Beberé lo que yo quiera, tu puedes estar sobrio si quieres, eso no me importa.

Luis
-Si tomas demasiado podrías hablar demás.

Matias
-No, lo haré estoy acostumbrado a tomar y créeme no soy un bocón.

Luis
-Por nuestro bien, eso espero.

Matias
-Yo tengo un poco de hambre, así que pediré unas pizzas.

Luis
-Esta bien, así podríamos darle algunas rebanadas a ella, y que coma algo.

Matías
-Esta como quiere esa chica, tiene clase y belleza muy diferente, alas chicas de mi barrio.

Luis
-Es única.

Matias
-Que dices si nos divertimos un rato con ella, esta inconsciente seria sencillo nisiquiera ella se dará cuenta, yo se que Víctor dijo que no le hiciéramos nada, pero si tu no dices nada, pues yo tampoco.

Luis
-No, le haremos nada, así que olvídate de esa estupida idea.

Matías
-Hace mucho que no estoy con una mujer, me dieron ganas de follar.

Luis
-Pues ve en busca de otra, hay muchas prostitutas, ve con ellas, por que a esa chica no la tocas.

Matías
-Ella no te pertenece, y si quiero me la follo.

Luis
-No te atrevas hacerlo, por qué entonces tendré que matarte y créeme no me pesará la mano para hacerlo.

Matías
-Yo también puedo matarte, y después entrar a ese cuarto y cogerme la , cuantas veces quiera, recuerda es un cuarto que no tiene salida, y también esta hecho para que nadie pueda escuchar sus gritos.

Luis
-Al parecer no podré confiar en ti, tendré que cuidarme las espaldas, solo te diré que yo estoy a cargo y no quiero que te le acerques.

Matías
-Voy a buscar algunas amigas para relajarme, vendré en unos días para ver que pasara con ella, pagas las pizzas.

Luis, subí me coloque la máscara y entre en la habitación, ella me miraba asustada, se retorcía e intentaba gritar, me acerqué y le quité la cinta de su boca.

Sandra
-Por favor no me lastimes, no me hagas daño.

Luis
-No lo haré, solo haz lo que te pida.

Sandra
-Yo...... haré lo que quieras....pero no me mates.....no quiero morir...

Luis
-No llores, no quiero que lo hagas, solo estarás unos días aquí, y nada te pasará.

Sandra
-Que..... es lo que..quieres ...dinero??

Luis
-No tengo que darte explicaciones, ahora vuelvo.

Sandra, ese hombre salió, mire a detalle la habitación quería ver si había alguna manera de escapar, sabía que tenia que fingir querer estar aquí, y ser amable con el, para evitar que me mate, aunque debo aceptar que no me era difícil, por alguna razón razón me sentía segura a su lado.

Luis
-Te traje algo de pizza, te liberaré las manos, para que puedas comer, pero no intestes nada.

Sandra
-No lo haré, masaje mi mano ya que la cadena era algo ajustada y me lastimaba, a pesar de su máscara podía sentir su mirada que era tan penetrante y me ponía nerviosa, pero no de mala manera.

Luis
-Para dormir, te esposare a mi para que pueda vigilarte.

Sandra
-Sera que.....puedo.. llamarte de.. alguna forma??

Luis
-No, hay necesidad de que sepas mi nombre, solo come.

Sandra
-Esto es por los negocios de mi padre?

Luis
-No responderé tus preguntas.

Sandra
-Por qué???

Luis
-Por qué no.. ...no. me hagas perder la paciencia, la sujete con fuerza para que dejara de hablar, pero inmediatamente me arrepentí al ver algunas lágrimas escapar de su rostro.

Sandra
-No me golpees, te lo suplico, me comportaré.

Luis
-No....puedo ...no puedo lastimarte.

Sandra, limpie mis lágrimas estaba asustada por la forma en la que me habló, creí que me golpearía pero se detuvo, se colocó frente a mí y hubo un largo silencio, después el se sentó
mi lado, recargue mi cabeza en su hombro, tomo mi mano la sujetó por un segundo acarició mi mejilla el pecho latía con fuerza, saco unas esposas, las colocó en su mano y en la mía, nos recostamos, yo le daba la espalda, mi cuerpo temblaba, al sentír su respiración en mi nuca.

Luis, acaricié su rostro limpiando las lágrimas que tenía, me senté a su lado, y ella se recargo en mi, haciendo que me sintiera más miserable, tome su mano y la espose ala mía, nos recostamos y quedamos abrazados me daba la espalda, mi corazón latía como loco, estar de esta forma con ella, era lo mejor que me había pasado, obviamente sabía que para ella era un infierno, pero mi cerebro me pedía que no pensara en eso.