보라빛 밤 (pporappippam)

Parte 2

Yibo agarro de la muñeca a Zhan y lo llevo hacia el balcón otra vez.

Quería dar un siguiente paso, quería guardar ese momento como el mejor, uno que era hermoso y a la vez desgarrador. Esperaba que solo por esta noche la realidad lo abandonará y le dejara vivir el mejor sueño junto a Zhan.

En estos momentos los ojos de su amado lo miraban con confusión. Yibo reaccionó y sonrió.

-Te amo Zhan -su voz era firme y cariñosa.

-Yo también te amo mucho Yibo -Zhan nunca dudo de eso.

Yibo asintió y se acercó a besarlo. Zhan correspondió, él amaba cuando sus labios se unían.

Luego de unos minutos se separaron y unieron sus frentes.

-Zhan, quieres dar el siguiente paso conmigo? -Yibo estaba nervioso.

Ellos ya habían hablado de este tema. Y según el parecer de Xiao era el momento indicado.

-Oh pero que lindo novio tengo, preocupándose por mi opinión -Zhan susurró y luego asintió sonriendo- Sí quiero.

Yibo lo abrazo y luego lo cargo. Lo llevo hacia la cama adornada de pétalos púrpura, lo echó y ambos se miraron y se sonrieron.

Luego ambos empezaron a besarse, entregando todo su amor posible mediante caricias compartidas. Poco a poco ambos terminaron sin ropa.

Yibo deslizó sus manos por el cuerpo de Xiao, piel suave y tibia. Su novio era increíble en todos los sentidos, pero quería explorar en que otras cosas sería bueno.

Una mano bajo al trasero de Zhan, un dedo travieso se introdujo a explorar su interior. Esto provocó que gemidos de dolor y placer salieran de sus labios.

Esa sensación tan extraña empezó a gustarle, sentía que su parte trasera se iba extendiendo más, los dedos de Yibo hacían un buen trabajo.

Ambos estaban duros, necesitaban saciarse mutuamente. No dudaban del amor del contrario, estaban dispuestos a dar todo de sí.

Wang se colocó el condón y con ayuda del lubricante pudo entrar en Zhan, las sensaciones nuevas eran tan maravillosas, ningún sueño húmedo de Yibo se podía comparar a esta excitante realidad.

Las embestidas comenzaron, desde suaves a más salvajes, cada choque provocaba un placer para ambos, desahogaban su excitación, se dejaban llevar.

Unos minutos después de estar así, ambos sintieron que llegaban a su límite, sentían que iban a explotar. Por fin pudieron correrse, pero la excitación en vez de bajar volvía a subir.

Usaron todos los condones que tenían durante toda esa noche llena de pasión y amor.

Luego de limpiarse, ambos se encontraban abrazados y abrigados con la sábana sobre la suave cama. Estaban agotados, ahora lo que querían aliviar era el sueño, así que cerraron los ojos.