Capítulo 1 (parte 2)

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Abby sintió que sus nervios se tensaban. Sus mejillas se tornaron blancas como la nieve.

-Ayer yo recogí el correo. No había ninguna carta para mí.

-El cartero la guardó. Le pareció extraño toda la correspondencia que has estado recibiendo últimamente.

Su tío dió un mordisco al bollo y después lo dejó cuidadosamente en el plato.

-Si la carta es mía, quisiera que me la diera -dijo ella, tratando de mantener el tono de su voz calmado.

-¿Quién es Matthias Barrington? -preguntó. La tía Gertrudre entornó los ojos, en actitud sospechosa.

-No conozco a ningún Barrington en San Francisco.

-No es de San Francisco -dijo su tío. -Es de Montana.

Tía Gertrudre echó una nube de leche en el té.

-Dios bendito, Montana. Ni siquiera sabía que hubiera gente viviendo allí, y mucho menos alguien que supiera escribir.

Abby hizo un esfuerzo para acallar el pánico que empezaba a apoderarse de ella.

-Ha abierto mi carta.

-Sí -dijo el tío -¿Y por qué no? Ésta es mi casa y todo lo que ocurre en ella es asunto mío. Ahora responde a mi pregunta. ¿Quién es Matthias Barrington?

Abby sabía que aquel día llegaría tarde o temprano. Había ensayado muchas veces cómo respondería a las preguntas de sus tíos, pero ahora las palabras quedaron atrapadas en su garganta.
Joanne alzó la mirada de algunos bocetos de vestidos de novia que estaba examinando.

-¿Se te ha comido la lengua el gato? -preguntó burlona.

Abby la miró. Rizos dorados enmarcaban un rostro redondeando y realzaban la piel clara y los ojos de color casi violeta. El vestido de mañana azul de seda abrazaba la delicada  figura de la joven a la perfección.

Sus tíos siempre habían considerado a Joanne la hija perfecta, especialmente en comparación con una sobrina que no tenía una educación tan exquisita.

-Es un ranchero de Montana.

-¿Y qué tiene que ver él contigo? -preguntó Gertrudre.

-Parece ser que este Barrington ha pedido a nuestra Abigail en matrimonio.

-¡Matrimonio! -Joanne soltó una carcajada -Creía que habías renunciado al amor después de cómo te tomó el pelo Douglas.

Abby aspiró hondo, resuelta a no mostrar su ira. Irritada, la tía Gertrudre la miró.

-No me habías dicho nada.

Abby extendió la mano.

-Quisiera que me entregara mi carta -dijo. Su tío continuó untado mantequilla en el bollo.

-No hasta que nos expliques a qué viene todo esto. ¿Cómo has podido siquiera conocer a un hombre como ese?

Por extraño que pareciera, en lugar de sentir miedo Abby se sentía aliviada de poder hablar abiertamente del asunto.

-Contesté a su anuncio en el Chronicle pidiendo una novia por correspondencia.

La taza que la tía Gertrudre tenía en la mano golpeó con fuerza contra el plato.

-¿Cómo has podido mancillar así nuestro nombre? -exclamó su tío, furioso, pálido como el papel. -¿No te hemos tratado bien estos últimos diez años? Dios sabe que te apoyamos cuando teníamos que haberte echado a la calle.

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⏰ Última actualización: Jul 31, 2020 ⏰

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