Disparé a posta a la nada, causando una gran sorpresa en el hombre que tenía en frente. Haciendo que el profesor, el cerebro dsl atraco del siglo, y el mayor cabrón de España, se sobresaltase. Se giró hacia mí con la expresión de estar aterrado, y solo pude pronunciar cinco palabras:
-Jaque mate, hijo de puta. - esas fueron las últimas palabras que alcancé a decir antes de romper aguas.
El hombre se veía confundido, tenía dudas entre devolverme a casa, ayudarme o dejar que me retorciera del dolor tirada en el suelo. No sabía qué hacer para que se decidiera por acercarse y echarme una mano, hasta que una maravillosamidea cruzó mi mente.
-Esta mañana me he levantado, oh bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao... - una fuerte contracción me obligó a parar de cantar y llevarme las manos a la panza. - o nos ayudamos mutuamente... o nos jodemos mutuamente... tú eliges. - al no rebinir respuesta, decidí insistir - ¿vas a preguntarme qué llevo puesto?
Mirándome muy extrañado, no se le ocurrió nada más que responder a la última pregunta:
-Y-ya te v-veo - tartamudeó. - te ayudo si te unes a la banda.
-Trato hecho - aceptar fue mi única opción cuando no había otra salida que formar parte del grupo de atracadores.
El profesor, con un gesto nervioso, me cogió en brazos y apartó de la mesa todos los teléfonos y equipo para poder tumbarme en ella. Corrió a coger un botiquín, después de dejar en la mesa un móvil con una llamada entrante de un tal "Marsella", y solo pude cogerle.
-Profesor, Lisboa estar dentro - dijo una voz ligeramente alegre al otro lado de la línea.
-Al habla Alicia Sierra - contesté intimidante. - a punto de parir, pero a tu servicio.
-Marsella, ven ya - el profesor me arrebató el teléfono de las manos, diciendo esta frase. - ¿quién te ha dado derecho a descolgar? - me reprochó hecho un manojo de nervios.
Se acomodó las gafas se acercaba a mi cara para limpiarme laa gotas de sudor con un paño. El profesor pareció muy sorprendido y asustado cuando mi cuerpo me obligó a gritar para aliviar el dolor que me producía el parto, y es que no me veía capaz de hacer esto sin ayuda de un médico de verdad. Pero, el que era Marsella, irrumpió creando un enorme ruido al golpear la puerta, para intentar socorrerme con un pequeño equipo para partos perros.
-¿Con eso me vas a ayudar? - lo miré con asco.
-Es lo único que ha podido encontrar Marsella, con los reducidos medios de los que disponemos y... - trató de excusarlo el profesor, sin éxito.
-Si funcionar con perro, funcionar con chica.
Dado el chute de morfina que me dio Marsella nada más vestirme con una bata de hospital, no me enteré de nada de lo que pasó a continuación, así que no puedo precisar mucho, pero me han dicho que perdí mucha sangre.
La cuestión es que abrí los ojos una vez tuve a mi hijo en brazos.
-Ibiza - lo bauticé instantáneamente.
Flashback
Las olas se rompían en la orilla del mar, para después arrastrarse atrás a su sitio inicial. Con una cáscara de coco, lleno de piña colada, Germán y yo disfrutábamos de nuestras vacaciones en aquella paradisíaca isla, hasta una llamada terminó con la calma que nos rodeaba.
-¿Doctor Sandoval? - descolgó mi marido. Temíamos que fueran malas noticias, ya que el cáncer que tenía Germán había empeorado en los últimos meses. El mismo, encendió el altavoz para que ambos pudiéramos escuchar lo que el médico iba a anunciar.
-Señor Téllez, lamento comunicarle que su cáncer ha ido por mal camino. Me temo que ya no habrá vuelta atrás.
Nosotros nos miramos, darle la noticia de mi embarazo fue la única manera que pude encontrar para que tuviera una razón por la que seguir luchando, pero aún no era el momento indicado.
-¿De cuánto tiempo estamos hablando? - preguntó Germán.
-No sé... a lo mejor siete meses, un poco menos quizá. - respondió con pena nuestro doctor de confianza.
-Gracias, doctor - respondí yo renconfortando a mi marido acariciando su hombro.
Terminamos la llamada y nos volvimos a concetrar en la bebida. Sin pronunciar ni una palabra más, hasta que decidí romper el silencio.
-Amor... - le dije agarrándole la mano - voy a ser mamá. Y tú vas a elegir el nombre, porque no vas a poder elegir todo lo demás - lloré bajito.
-Qué bien, Alicia. - me atrajo hacia sí y besó mi frente intentando que mi llanto cesara, aunque no resultó efectivo. - ¿qué tal Ibiza?
-Me parece precioso - sonreí tratando de ocultar mis lágrimas. Sabía que esa isla permanecería en mi mente para siempre.
Fin del flashback y fin del capitulo
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ALICIA - NUEVA EN LA BANDA
FanfictionEsta es mi teoría sobre lo que pasará en la quinta temporada.