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|Eva|
Miró inquisitiva mente a Elena desde mi cama. Me había contado todo lo que había ocurrido estos días mientras yo estaba en Atlanta, por alguna razón me gustaba comprar ropa ahí
—¿Y todo eso a pasado mientras yo no estaba? — ella asintió — ¿Porque siempre me pierdo todo lo guai?
Ella salió de mi habitación riendo y cerró la puerta tras de ella
Una corriente atraviesa mi cuerpo haciendo que me estremeciera, gire la cabeza sintiendo pesar al ver la escena frente mia
Damon, el cual había entrado por la ventana, se tambaleaba, no mucho pero lo suficiente para notar que iba borracho
—Damon ¿Que haces aquí?
Me ignoro. Camino hacia mi cama y se tumbó en ella como Pedro por su casa
— Cuando quiera el señorito me dice que hace aqui— sonreí sarcástica en su dirección
Y volvió a pasar de mi
Me apoye cruzada de brazos en la cómoda esperando que Damon hablará de una vez
— ¿Sabes que? — comenzó — estaba rellenando mi tercer vaso de Bourbon y sin venir a cuento apareciste tu en mi cabeza — se levantó acercándose a mi — pensé, "sólo debe ser, porque está buena, y se parece a mí ex" pero no fue a si y lo decidí
Me acorraló contra mi cómoda. Mi respiración se volvió agitada y me sentía sofocada ¿Cuando a empezado a hacer tanto calor?
— Y... — me aclare la garganta — ¿Q-que decidiste?
Mi voz salió ronca y con un leve temblor. Se relamió los labios
—Decidi mandarlo todo al diablo
El pelinegro se iba a avalanzar hacia mi, le iba a corresponder, hasta que entró una cucaracha volando haciendo que gritara y corriera hacia la cama y la muy desgraciada volvió a salir
Me había cortado todo el rollo, y ya no había forma de que volviera a lo que era
—Esto... — mordí mi labio indecisa — creo que deberías irte
—¿Que?
—Que deberías irte —demande bajando de la cama
El me miró por unos breves segundos y se perdió entre la obscuridad de la noche
