Capítulo 4

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Era viernes. Por fin, esta noche saldría con Cass y pensaba cogerla muy gorda.

Me levanté poco a poco de la cama y me dirigí al baño, allí me desvesti y me metí en la bañera, tomé una larga y relajante ducha y salí, me envolvi en una toalla y me acerqué al armario. Cogí los primeros jeans oscuros y ajustados con una sudadera negra ancha y unas botas militares, también negras, me maquile me peine y baje a la cocina. Papa ya se había ido a trabajar y estaba totalmente sola, no sabía si saltarme las clases o ir.

Salí de casa y encendí mi moto, acelere todo lo que pude hasta llegar al instituto y ya estaban todas esas estúpidas miradas encima de mi, las sentía clavándose en mi, sentía sus ojos en mi cuerpo, escuchaba sus burlas, pero, estaba tan acostumbrada a esto, que me daba igual.

-Mirad chicos, mirad quien va sola, que raro, Gloria marginada.

Esa estúpida voz de pito. La odiaba, puta Soff, desde mi primer año, se había encargado de arruinarme la existencia, se había encargado de dejarme sola y sin amigos.

-Callate maldita perra, o te juro que te arranco cada una de las extensiones una a una- Eso fue lo único que mis labios lograban articular.

-Uyyy que miedo me das bonita, llama a mamá. A no espera, que murió de cáncer.

Juro que eso es lo último que consiento, con ese tema no maldita zorra.

Me acerqué a ella poco a poco y sentí como le iba cambiando la cara, como moría de miedo, veía el pánico en su puta mirada y juro que era lo que mas fuerza me daba .

-Nnnnoo ssserraas cccappaz dddde háaacerme nadda.

-Mi querida Soff, esto te lo has buscado tu.

La acorralé contra la taquilla y le arrastre del pelo, la tiré al suelo, me puse encima de ella y empezé a darle golpes, en la nariz, en los pómulos, en la boca, en todos los lugares que podía.

La gente había hecho un corro a nuestro alrrededor y no paraban de gritar, no sabía el que, estaba demasiado sumida en reventar a esa perra.

Cuando ya creí que seria suficiente me levanté y pude verle la cara, realmente, la había dejado mal, pero que se joda.

-Pagaras por esto Gloria- Fue lo único que pudo decir cuando no le temblaba la voz.

-Aquí te vuelvo a esperar.

Dicho esto, me fui a mi clase de Geografía y me senté a ultima fila, como de costumbre, y allí me quedé una hora, viendo un documental sobre la globalización.

Toco el timbre y salí, cuando una mano me paró y me acercó hacia donde estaba.

-Perdona ¿eres Gloria?

Le miré fijamente y vi a el chico mas perfecto del mundo, al que solo veias en la tele, moreno, alto, ojos azules y músculos bien definidos.

-Perdona ¿ quién eres?

-Me llamo Paulo, y esta mañana, en esa pelea, se te calló este colgante en el que pone tu nombre, y quería devolvertelo.

Mire a mi cuello y tenia razón, me faltaba el colgante que me regalo mi madre antes de morir.

-Oh Dios, muchísimas gracias, gracias por devolvermelo, no sabes todo lo que significa para mi.

-De nada, supuse que sería importante. Bueno, tengo que irme a clase, hasta otra Gloria.

-Hasta otra Paulo, llámame Glo.

Y se fue, lo vi alejarse y no pude evitar morderme el labio inferior, estaba demasiado bueno, joder.

Salí del instituto, con todo lo que había pasado, no me apetecía seguir allí, cogí mi moto y salí a toda velocidad, necesitaba sentir la adrenalina, sentir velocidad.

Llegué a mi casa y subí a la habitación, me lié un porro, y lo fumé, lo necesitaba, me quedaban mas ganas de matarla, nadie, ni siquiera mi familia, se había atrevido a mencionar ese tema, mucho menos esa.

Necesitaba escuchar musica, puse a mi grupo favorito, La Fuga, y esa canción que tanto me recuerda a él, esa canción que me cantó tantas veces, Por verte sonreír.
Hace tiempo prometí escribirte una canción, 
Como siempre, mal y tarde, la tienes aquí 
Sabes bien, como soy, que no suelo mentir 
Siempre que lo hice fue por verte sonreír .

Llámame, te quiero escuchar 
Ya lo ves, no siempre me va bien 
Al cantar me duele el corazón 
Y enloquezco cada noche 
En cada actuación .

Fui yo quien dijo no, y ahora en la misma mesa 
Se me enfría el café mientras dices que te va bien 
Tranquila, ya no volveré a llamar, no me volverás a ver 
Esta vez me marcho para no volver.

Y ahora cansado de mirar tu foto en la pared,
Cansado de creer que todavía estás 
He vuelto a recordar las tardes del café, 
Las noches locas que siempre acaban bien 
Y me he puesto a gritar estrellando el whisky en la pared 
Por verte sonreír he vuelto yo a perder.

Dejé que las lágrimas salieran libremente por mi mejilla, que los recuerdos me mataran. Ya no podía mas, necesitaba llamarle, necesitaba hablar con él, hacia un mes que se acabó todo esto. Me tiré en la cama y poco a poco me dormí.

Desde hoy y para siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora