ES HORA QUE CUMPLAS TU CASTIGO (PARTE I)

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Corrección: Juleisy Corniel. 

LUCE

Es la segunda vez que estoy en el piso de Alexander. Imágenes de él quitándome la ropa con violencia y besándome con brusquedad inundan mi cabeza al cruzar la puerta de la entrada.

Alexander no me ha dirigido la palabra desde que hemos llegado al piso, que, por cierto, es bastante grande. Me gusta mucho la manera en que está decorado.

No sé qué pasara esta noche. Lo único que sé es que me alegro mucho de volver a verlo después de tantos días. Había echado de menos su olor. En definitiva, me alegro mucho de ver al chico que me ignora, pero, por lo visto, eso sólo ayuda a que cada vez me atraiga más.

De un momento a otro, Alexander se posiciona delante de mí. Puedo deducir que está muy cabreado.

-¿Qué mierda estabas haciendo en ese lugar tan tarde y sola?-pregunta con rabia.

-Yo... yo…-digo con voz temblorosa.

¡Mierda! Soy incapaz de contestar. Las palabras no me salen el tenerlo tan cerca, me nubla los pensamientos.

-¡Joder, contesta de una puta vez!-añade más alto.

-¿Y tú?-pregunto en un arranque de valentía.

-Yo he preguntado primero-gruñe.

-Y yo segunda-contesto.

Alexander sonríe con arrogancia, luego se me abalanza encima y me coge de la cara con violencia.

-No me hables así-dice haciendo más presión en mi cara, haciendo que mis mejillas ardan a causa del dolor provocado.

-Me estás haciendo daño-digo con voz temerosa.

Dicho esto, Alexander se separa de mí. A continuación, se dirige a la pared más cercana, a la que comienza a propinar fuertes puñetazos. Tardo unos cuantos minutos en reaccionar, a causa del pánico. Asustada, me dirijo hacia él. Intento cogerlo del brazo, pero no consigo apartarlo. Parece estar muy cabreado. Esto me hace recordar a la última vez que estuve aquí.

-¡Alexander, para, por favor! ¡Alexander!-grito tirando de su chaqueta, pero me es imposible poder apartarlo. La sangre comienza a brotar de sus nudillos-¡Para!-grito de nuevo con todas mis fuerzas.

Por fin consigo que pare a causa de mi grito. Se gira sobre sobre sus talones haciéndonos quedar nuevamente cara a cara. Sus ojos están oscuros, sus nudillos están apretados y llenos de sangre y su mandíbula está levemente apretada, por instinto, me aparto de él.

Estoy confundida, no entiendo su comportamiento. No he hecho nada malo, tampoco ha pasado nada grave. En este momento, todos los rumores acerca de él inundan mi mente. Con todo lo que he vivido con él, una parte de mí cree todos los rumores. Esta parte es consciente de que puede hacerme mucho daño, pero mi otra parte, piensa que no, que estoy segura.

Después de retroceder unos cuantos pasos, decido correr hacia una la habitación que está situada a mi derecha. Cuando por fin llego, después de unos eternos segundos, cierro la puerta poniendo el seguro torpemente.

-¡Abre la puta puerta!-grita Alexander, propinando fuertes golpes a la puerta.

Hago caso omiso a su petición. Cuando por fin logro calmarme, miro a mi alrededor.

La habitación huele a Alexander. Me encanta. Luego paso a admirar cada detalle.

En medio de la habitación, se encuentra una cama con un edredón negro, al lado, una mesita de noche en la que hay una lámpara mineral en forma de pirámide. Es extraordinaria… Y un marco de fotos. En el marco, hay una foto en la que aparece Alexander junto con un chico. Alexander tiene una gran sonrisa. Es adorable.

LONELYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora