Sincronía perfecta

Llegada

¿Sabes que en el infierno hay un lugar para gente como tú?, Sabes que no eres lo que aparentas.
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Se puede ver a la lejanía un pequeño pueblo de unos cuantos habitantes nada mas, este estaba rodeado de un gran y espeso bosque, se encontraba justo a las orillas de un gran lago y del otro lado del lago se hallaba una gran montaña, este era el pueblo de Pine Lake donde nada es lo que parece y donde se halla una maldición para unos de sus habitantes.

En el camino a este pueblo se puede ver una camioneta Ford lobo de color negro, donde iban dos personas, estos eran los últimos miembros de la familia Hawks, Eduard Hawks y su nieto, ellos se mudaron de regreso al pueblo natal de Eduard, a su nieto no le importaba donde estuvieran siempre y cuando tuviera un lugar para practicar. Al entrar al pueblo todos los volteaban a ver sin excepción, llegaron a una vieja casa de dos pisos y una gran extensión cerca del bosque y del lago, bastante alejado de las demás casas.

Eduard: Hijo baja ya llegamos -dijo el señor de cabello hasta los hombros canoso, barba larga y poblada, ojos negros como la noche y nariz prominente-.

Su nieto se quito los audifonos y bajo de la camioneta para ver la casa y entrar, su abuelo lo llevo al segundo piso y le dijo donde seria su habitación para después bajar y empezar a limpiar la casa en general, tardaron todo el día y en la noche cuando iban a cenar tocaron la puerta, era el jefe de policía de aquel extraño pueblo, Robert Dikens el hijo mas joven de tres que tuvo el mejor amigo de Eduard, James Dikens.

Robert: Hola señor Eduard, a pasado mucho desde que lo veo por aquí.

Eduard: Si, así es Robert y dime como está tu familia.

Robert: Bastante bien, mi hermano Michael ya va a ser padre y John sigue viviendo con mis padres, pero fuera de eso todo normal.

Eduard: Ya veo, pues cuando pueda felicitare a tu hermano y a tu padre por aquel suceso, pero y tu como estas.

Robert: Bien, aunque estoy algo cansado con las niñas en casa, pero dime, aquel chico es tu nieto -dijo señalando a aquel chico que desde que llego solo saludo y se sentó un poco alejado de ellos-.

Eduard: Si, el es mi nieto, yo lo eh cuidado desde que mi hijo y su esposa fallecieron hace cuatro años -dijo viendo al chico que estaba sentado escribiendo en un libro de portada roja-.

Robert: Lamento haberle recordado eso.

Eduard: Oh, no te preocupes eso ya fue ase mucho, pero bueno, ya es bastante noche y mañana nos traerán las cosas que faltan, así que necesitamos descansar.

Robert: Claro y si me permite puedo ayudarlos mañana.

Eduard: Por supuesto, serias de gran ayuda y gracias por visitarnos, saluda a tu esposa e hijas de mi parte.

Robert: Seguro, hasta luego chico -dijo despidiéndose del muchacho, quien solo se despidió con un gesto-, nos vemos mañana señor Eduard.

Eduard: Hasta mañana Robert.

~~~~~~Fin del capitulo~~~~~~~