La niña cada día se iba poniendo más hermosa. Jenni siempre estaba en ese viñedo creció literalmente, cada día al regresar de la escuela, se iba a ese viñedo donde descansaba, comía, hacia su tarea, jugaba con su perro; un pequeño snauzer, color gris llamado Vino, sus padres decían que era su segunda casa porque no quería salir de ese lugar, incluso, algunas veces la arrastraban por el piso para que saliera de ahí.
Pasaron 10 años...
Jenni se había vuelto una joven que cada vez era más hermosa y segura de sí misma. Todos la respetaban, era muy dulce y tenaz a la vez.