Agape

¿Qué debería decir?

Kirchen

Habían pasado 45 minutos en los que no podíamos salir de lo mismo, una y otra vez, es que acaso estas personas no podían entender un simple concepto.

– Señores es verdad que la inversión inicial será alta pero si lo vemos a futuro – Mire jovencita los negocios no son un cuento de hadas, ponga los pies en la tierra cuidar el medio ambiente no genera dinero – Me vi interrumpida por un señor bastante mayor su aspecto y tono revelaban a una persona altiva; como si no supiera negociar solo por mí edad, había pasado horas en esto y se atrevía a decir que era un sueño. Me sentía ofuscada ante una mente tan cerrada, mi cerebro iba a mil por hora con tantos pensamientos.

-Este es un proyecto ambientalista, con tintes económicos si no están satisfechos pueden retirarse. Para pertenecer deben tener la visión del mañana, no mentes prehistóricas- Esa voz perfecta reacciono para salvarme, imponiendo toda la autoridad que reconocía en él.

– Así es señores espero no descarten la propuesta es por el bien del mañana y estas maquinas son totalmente innovadoras-. Algunas personas salieron y otras tantas permanecieron. Di por finalizada la junta sonreí lo más que pude y decidí no aferrarme a tontos comentarios.

Biel se acero a mi con una sonrisa en cara, me felicito, pero termino reprendiéndome. – Señorita Stone, como critica constructiva si esta al frente debe tener el carácter suficiente para encarar todo -.

-Gracias por el consejo Señor, trabajare en ello- Me sentí atacada, aunque como jefe era su deber, acababa de conocerlo. Biel se acercó invadiendo mi espacio personal llenándome de él, de su presencia.-

- Bueno debo retirarme, ha sido un día largo-. Mi tono un poco borde delato mi necesidad por irme a la fortaleza que tengo por oficina.- Me parece que se equivoca Stone el día apenas empieza, le aviso que tendremos horas extras –Su tono parecia tener un sentido oculto.

 -Nos vemos más tarde, señorita- Aprete la computadora y papeles contra mi pecho como si eso pudiese salvarme de la tormenta que presentia – ¿Es tan callada siempre? Oh acaso es mi culpa- su ceja alzada le hacía ver peligroso; espera ¡¿qué?!, acaso se pensaba la última coca del desierto – No JEFE, estoy pensando en todo el trabajo pendiente, lo veo en unas horas- queria dejar en claro su lugar; me di la vuelta y avance evitando escuchar cualquier otro comentario.

Al entrar a mi oficina saque el aire acumulado en mis pulmones y deje que la paz de mi espacio me inundara, los colores claros hacían un buen contraste con esos pequeños adornos regados por todas partes, no sabía si eran los tequileros aún sin estrenar que mi padrastro me había regalado o talvez la bella pluma fuente que descansaba en mi escritorio, no olvidaria como mi madre me la dio en la graduación, estaba tan apegada a ellos, quien diría que hace 4 años éramos enemigos totales, pero esta vida va demasiado rápido se siente un soplido y esta hecha para vivirla abundantementea.

Me encontraba sumida en mis pensamientos cuando la puerta se abrió dejando ver a una Eleonor impecable y llena de energía.

-Kirchen ¿Cómo le fue?¿ Aprobaron su proyecto?-. -Así es Eleonor por fin, me sentí muy abrumada, pero gracias a Dios todo salió bien-. Sin mencionar a mi nuevo jefe, pero no pensaba decirlo en voz alta.

– Vaya no entiendo porque, al final los rumores dicen que no hay quien se le resista-. Su doble sentido y picardía al hablar no me paso desapercibido, pero yo sabía que mi lugar era fruto de muchas desveladas y otro poco de talento.

Me reí sínicamente – Eleonor retírate por favor, las buenas ideas son irresistibles, espero tengas una algún día. – Solté en voz alta antes de analizar mis palabras. Ella me sonrio y salio de mi oficina.-Kirchen recuerda pedir un cambio de asistente ha este paso tu dama interior terminara por matarla-. El tiempo transcurrió rápidamente entre planos y permisos.