14. Desayunos

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Los ojos me pesaban, los abrí despacio. Estaba en mi cama boca abajo, recordé como había llegado ahí. Aaron me llevó en brazos a mi cama, ¡A MI! No me lo podía creer y no solo eso, también recuerdo sentir una caricia suya en mi mejilla, fue tan tierna.

Me levanto de mi cama.

Hoy me sentía feliz, demasiado diría yo. Camine hacia el baño mientras me colocaba las lentes. Me duche, cuando salí hice lo mismo de siempre, cuando termine de hacerme las trenzas y vestirme. Decidí bajar a la cocina a hacer el desayuno.

Metí las tostadas en la tostadora, coloque los cereales en la mesa junto al zumo de naranja.

-Buenos días- dijo con normalidad.

-Buenos días- le sonreí- estoy preparando el desayuno-

-¿Te ayudo?- se acerco.

-Claro, gracias-

-Haber, haber, ¿que te parece si hago unas creps?-

-¿Sabes cocinar?- arque una ceja sorprendida.

-Hay muchas cosas que no sabes de mi - sonrio- ¿Donde las puedo hacer?-

-Aquí- le coloque la sartén en la bitroceramica,

-Preparemos lo demás- se frotó las manos.

~minutos después ~

-Eres una torpe- río Aaron lleno de harina.

-No fue mi culpa, te dije que era bajita- me sacudi la harina riendome.

Como era de esperar había metido la pata. Aaron me pidió que le pasara la harina, que estaba en uno de los cajones de la parte superior de la cocina, le advertí que no llegaría pero él dijo que estaba exagerando. Me estire como pude, estaba a punto de agarrarla me faltaba un poco, Aaron se acerco a ayudarme pero en ese momento la harina cayo, haciendo que los dos quedáramos con la cabeza, la cara, los hombros... De color blanco.

-Tendrías que haberme ayudado antes, no cuando estaba a punto de caerse- me sacudi las trenzas.

-¿Ahora la culpa va a ser mía?- se puso una mano en el pecho.

-Si- levante la cabeza.

-Si la torpe eres tu, no yo-

Me apoye en la encimera.

-La cuestión es que ahora eres copito de nieve- lo señale de arriba a abajo.

-Soy sensual incluso de color blanco- hizo un pose de diva.

Reí.

-Perfecto, ahora, miss universo, tenemos que limpiar-

-¡Eh! Yo no soy una señorita-

Rodé los ojos.

-Vale, vale, ahora a limpiar- di palmadas.

-Pero, primero a desayunar- levanto el dedo.

Me senté en la silla, cogí un basó, lo llene de leche y agarre una capcake.

-¿Solo vas a desayunar eso?-

Como mis padres se la pasaban de viaje en viaje, estaba acostumbrada a desayunar, comer, cenar, siempre sola, empezando a comer muy poco y incluso a veces no comía. Sentarme en una mesa sola, lo único que hacia era recordar que mis padres y mis hermanas estaban lejos.

-Si- mordi la capcake.

-Come algo mas, el desayuno...-

-Es la comida mas importante del día- continúe yo, interrumpiéndolo- lo se, lo se, es solo que no tengo hambre y si estoy comiendo es para no dejarte solo-

Odio a Mr. EgocéntricoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora