Mis manos temblaban de los nervios. ¿Pero que te pasa Aina? Es sólo una simple reunión de amigos, además el no se va a fijar en ti. Al abrir la puerta principal para salir, él ya estaba ahí, esperándome con su moto al pie de las escaleras.
-Alfonso- apareció la morena coqueta derepente enfrente de él- ¿me llevarás hoy?- le acaricia la mandíbula.
-Disculpa- le doy un toquecito con el dedo índice llamando su atención- te puedes apartar, por favor, me están esperando-
-¿Te conozco?- alza una ceja-
-Es mi novia- dice de la nada Alfonso-
Mi boca se abrió tanto que mi mandíbula casi roza el suelo por la sorpresa de aquellas palabras. ¿Su novia? Parecía música para mis oídos pero me lo saque de la cabeza.
-¿Ti...tienes novia? Yo...yo creí-
-Lo siento, Marta, he empezado a salir con ella hoy- la interrumpe-
-¿Tu que dice...- iba a quejarme-
-Amor, sube- me interrumpe esta vez a mi-
-Estúpido- le pega una bofetada Marta y sale corriendo.
Me acerco a él y repito la misma acción.
-Au- se quejó tocando el lado afectado- ¿a que viene eso?-
-A la próxima que me uses para romper con alguna de tus "amiguitas", piensalo dos veces por que no dudare en darte en tu miembro más querido- le amanece.
Así me gusta Aina, déjalo es su lugar, dijo una voz en mi interior.
-Lo siento, no creí que te molestara-
Bufe y subí a la moto.
-Idiota- dije en susurro.
-No lo niegues, en el fondo te a gustado que dijera que eras mi novia-
Vaya, lo que faltaba. Sabes que es cierto, volvió a hablar aquella voz en dentro de mi. Callate, le ordene.
-Egocéntrico- le doy un golpe suave en el hombro- te daré otra bofetada como no dejes de decir idioteces-
Se ríe y arranca la moto.
-¿Por donde vives?-
-Tu ves por donde yo te diga-
Asintió con la cabeza. Cuando llegamos aparco en la entrada. El exterior de mi casa esta protegida por grandes muros blancos. Baje de la moto.
-Te espero aquí a las ¿siete?-
-Y punto, seré puntual- sonríe.
Su sonrisa es perfecta, me encanta. Mira hacia otro lado, me regañe a mi misma.
-Te abriré la verja para que puedas entrar con la moto y no esperes aquí- le avise.
Busque las llaves. Cuando las tuve en mis manos apreté el botón de un cacharrito cuadrado y pequeño haciendo que la verja se abriera. Ya dentro me gire.
-Adiós- digo mientras la verja se cerraba automáticamente.
-Adiós, Aina- se despidió el antes de que se cerrará por completo.
Cuando ya no pude verlo, camine hacia mi casa.
~MERRY~
Tiro la mochila a su rincón de siempre. Me cambio el uniforme por algo más cómodo, una camiseta gris ancha y unos pantalones de chándal también grises y anchos. Recojo mi pelo en un moño mal hecho. Al estar más cómoda me tiro a la cama, dispuesta a dormir un rato.
