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Se removió tan violentamente en la cama que sus sabanas cayeron al suelo. Un bufido de frustración emanó de sus labios. Era un hecho, no podía dormir. Se estiro para agarrar su celular que descansaba en la mesita de noche al lado de su cama y al tomarlo, el pequeño rectángulo se iluminó revelando que eran las dos de la mañana.

Haciendo el mínimo ruido posible, se levantó y salió de allí, procurando no despertar a su amigo y compañero de habitación.

El frío de la noche caló en sus huesos tras salir del edificio donde vivía desde un par de meses. Quizá salir vistiendo tan solo su pijama y un ligero abrigo en plena madrugada no había sido una de sus mejores ideas, por lo cual se vio tentado de volver al calor de su cama pero el enredo en su mente se lo impidió, necesitaba despejar su mente y para ello siempre funcionaba dar una caminata. Así que empezó a andar sin rumbo, apretandose más en su abrigo en un vano intento por entrar en calor.

InsomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora