E P I S O D I O 10

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「 ... 」

Después de largas horas de sueño, sentí al menor moviendo su cuerpo en la cama, para estirarse, luego, pude sentir su mirada, abrí un poco los ojos y luego besé su cuello.

-buen día bebé- susurro con la voz ronca mientras abrazo al pelinegro que está sonriente, sonrío y siento sud labios dándome castos besos en las mejillas, sus manos acarician mi cabello, él toma un mechón de éste y lo enreda en círculos en su dedo índice.

-buen día kookie- él acepta mi abrazo muy sonriente, sus heridas van sanando y eso me hace muy felíz.

-¿nos vamos?- murmuro en su cuello apenas audible para él, quizás debamos irnos.

-aún estás dormido kookie- el menor dijo entre risas y yo sólo me encogí de hombros, mirándolo.

-si ya quieres irte no hay problema para mí- acaricio levemente las mejillas del menor con mis pulgares y le doy una sonrisa.

-esta bien- dijo y luego dudoso me cuestionó- pero ¿a dónde vamos?- bostezo.

-mmm...no lo sé... Mientras pensamos vayamos a comer que tengo mucha hambre, yo invito- vi la hermosa sonrisa de Jimin y lo abracé tanto como pude, claro con cuidado, nos cubrimos con la cobija y miro sus lindos ojos observandome -vamos bebé- susurro y el menor asiente, beso su frente y acaricio su cabello, mimandolo, pude sentir sus manos paseando por mi abdomen, sonreí.

-¡ouh!- dije y se sobresaltó -¿Te gustan tanto mis abs?- reí por lo bajo algo sonrojado y él asintió -bueno, te prometí que tendría buena forma cuando estábamos más pequeños verdad?-

-sí- sonríe y me besa, lo tomo de las mejillas y se sienten tan cálidas, profundizo un poco el beso y después nos separamos para tomar una ducha juntos.

Me tomó algo de tiempo cambiarme, me ponía muy nervioso estar con Jimin, aunque no se notara tanto.

Una vez listos, salimos tomados de la mano al restaurante, pagué algunos platillos para desayunar que el menor y yo queríamos y luego trajeron nuestra orden, muchos nos miraban con mala cara y otras chicas murmuraban que éramos tiernos, lo cuál me hizo sonrojar bastante.

Intenté tratar de lo mejor a mi pequeño y consentirlo un poco más, le daba bocados de comida y cuidaba que su ropa no se manchara, se arregló tan lindo que me quedé algunos minutos viéndolo y sonriendo tan ampliamente, sin importarme el lugar.

Intenté tratar de lo mejor a mi pequeño y consentirlo un poco más, le daba bocados de comida y cuidaba que su ropa no se manchara, se arregló tan lindo que me quedé algunos minutos viéndolo y sonriendo tan ampliamente, sin importarme el lugar

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Pasados unos treinta minutos salimos del restaurante, caminamos un poco y vimos un pozo de los deseos, nos detuvimos y me puse un tanto serio para hablar con Jimin, suspiro nervioso.

Sweet babyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora