E P I S O D I O 11

789 46 4
                                    

Unos minutos después fuimos a mi casa de nuevo, mis padres no estarían, así que aprovechamos para arreglar los papeles de la casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Unos minutos después fuimos a mi casa de nuevo, mis padres no estarían, así que aprovechamos para arreglar los papeles de la casa.

-sí, entonces, ¿puedo ponerla a nombre de mi esposo?- dije con una leve sonrisa.

-sí señor, si el antiguo dueño de la casa lo acepta, el contrato será virtual para su comodidad- asentí y poco después le dije que yo heredé la casa y que estoy de acuerdo en ponerla a nombre de Jimin.

-bien, inmediatamente haremos el papeleo y lo registraremos.

-gracias- digo y cuelgo la llamada. De pronto cuando voy a la cocina veo a Jimin en una bata con el cabello humedo, me sonrojo y luego le sonrío.

-¿en que momento cocinaste y te duchaste?- pregunto y él se burla de mí.

-bueno... Fui rápido jeje- me dice con una dulce voz, el menor sirve dos vasos de agua de limón y arrima los platos, cubiertos y vasos a la mesa para comer.

-tu siempre eres rápido- susurro con una voz coqueta en su oído, lo abrazo alzo su mentón, haciendo que me mire directamente a los ojos -en todos los sentidos- digo mientras comienzo a morder levemente mi labio inferior y le guiño el ojo.

-¡kookie!- exclamó el pelinegro con un rubor en sus mejillas- pervertido- ríe por lo bajo y golpea mi pecho con la palma de su pequeña mano.

Quise quedarme así por un largo rato pero mi preocupación volvió.

-¿estarás bien en la nueva casa?- lo cuestiono, él me mira con confusión y espero que me diga que sí a lo que quiero pedirle -si me mudara contigo... sería mucho mejor, así viviremos juntos y podré cuidarte- susurro y el menor  se sorprende, lo piemsa unos segundos y luego me responde.

-no lo sé kookie... Tal vez esa idea no les agrade a tus padres- el menor me dice con un corto suspiro y me mira a los ojos un poco entristecido.

-tranquilo, ellos entenderán que quiero lo mejor para ti- beso su frente con ternura y le sonrío.

Jimin asiente y nos vamos a sentar a la mesa para comer.

Tomamos un poco de helado de la nevera y empezamos a hablar de nuestra niñez.

-¿recuerdas cuando te untaste crema batida pensando que era crema de afeitar?- dijo el menor con una enorme sonrisa burlona y comenzó a reír a carcajadas, mis mejillas se coloraron y le reclamé avergonzado.

-¡oye!- reí después y le di una sonrisa, estaba dejando mis preocupaciones a un lado para que él se sintiera mejor.

-kookie, ¿cuándo te diste cuenta de que te gustaban los chicos?- la pregunta me sorprende e intento recordar, sonrío y rasco mi nuca.

Sweet babyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora