Unos minutos después fuimos a mi casa de nuevo, mis padres no estarían, así que aprovechamos para arreglar los papeles de la casa.
-sí, entonces, ¿puedo ponerla a nombre de mi esposo?- dije con una leve sonrisa.
-sí señor, si el antiguo dueño de la casa lo acepta, el contrato será virtual para su comodidad- asentí y poco después le dije que yo heredé la casa y que estoy de acuerdo en ponerla a nombre de Jimin.
-bien, inmediatamente haremos el papeleo y lo registraremos.
-gracias- digo y cuelgo la llamada. De pronto cuando voy a la cocina veo a Jimin en una bata con el cabello humedo, me sonrojo y luego le sonrío.
-¿en que momento cocinaste y te duchaste?- pregunto y él se burla de mí.
-bueno... Fui rápido jeje- me dice con una dulce voz, el menor sirve dos vasos de agua de limón y arrima los platos, cubiertos y vasos a la mesa para comer.
-tu siempre eres rápido- susurro con una voz coqueta en su oído, lo abrazo alzo su mentón, haciendo que me mire directamente a los ojos -en todos los sentidos- digo mientras comienzo a morder levemente mi labio inferior y le guiño el ojo.
-¡kookie!- exclamó el pelinegro con un rubor en sus mejillas- pervertido- ríe por lo bajo y golpea mi pecho con la palma de su pequeña mano.
Quise quedarme así por un largo rato pero mi preocupación volvió.
-¿estarás bien en la nueva casa?- lo cuestiono, él me mira con confusión y espero que me diga que sí a lo que quiero pedirle -si me mudara contigo... sería mucho mejor, así viviremos juntos y podré cuidarte- susurro y el menor se sorprende, lo piemsa unos segundos y luego me responde.
-no lo sé kookie... Tal vez esa idea no les agrade a tus padres- el menor me dice con un corto suspiro y me mira a los ojos un poco entristecido.
-tranquilo, ellos entenderán que quiero lo mejor para ti- beso su frente con ternura y le sonrío.
Jimin asiente y nos vamos a sentar a la mesa para comer.
Tomamos un poco de helado de la nevera y empezamos a hablar de nuestra niñez.
-¿recuerdas cuando te untaste crema batida pensando que era crema de afeitar?- dijo el menor con una enorme sonrisa burlona y comenzó a reír a carcajadas, mis mejillas se coloraron y le reclamé avergonzado.
-¡oye!- reí después y le di una sonrisa, estaba dejando mis preocupaciones a un lado para que él se sintiera mejor.
-kookie, ¿cuándo te diste cuenta de que te gustaban los chicos?- la pregunta me sorprende e intento recordar, sonrío y rasco mi nuca.
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Sweet baby
De TodoSegunda temporada de historia Kookmin. Continuación de "Sweet daddy" misma historia... distintas versiones. -¿Que será de mí si ya no te tengo?- 🚨Atención🚨 *contenido inapropiado para menores de 15 años o no me hago responsable de tu edad y menta...