//icarus//

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''Look who's digging their own grave
That is what they all say
You'll drink yourself to death

Look who makes their own bed
Lies right down within it
And what will you have left?

Out on the front doorstep
Drinking from a paper cup
You won't remember this''

icarus, bastille

Esa noche no me sentía muy animado. Y era raro en mí porque me encanta la fiesta. Siempre soy yo el que tiene que arrastrar a los demás hasta un club o discoteca.

Pero esa noche algo me decía que no lo hiciese.

Esa noche empecé a creer en el tan nombrado sexto sentido. Cuando la vi, fue cuando me di cuenta de que existía y que debería haberme fiado de él. Cosa que al final -y sabiendo que debería- nunca acabé haciendo.

Estuve un buen rato tratando de escoger el sitio al que íbamos a ir. Tampoco había mucho dónde elegir; nos habían dado una lista de clubs y discotecas donde podríamos estar tranquilos al ser frecuentados por gente rica generalmente acostumbrada a celebridades o celebridades mismas. Simplemente no quería elegir ninguno. Sabía que acabaría eligiendo el equivocado, en dónde estaba lo que mi sexto sentido quería que evitase. Así que dejé que Luke eligiera. Él le echó un vistazo a la lista y eligió, a mi parecer, uno al azar.

Cuando entramos, ella fue lo primero que vi. Y no porque fuese la chica más hermosa que haya visto en mi vida, la más guapa de la fiesta, la más llamativa. Ni si quiera me choqué con ella. Ni si quiera estaba cerca. Estaba en la otra jodida punta del establecimiento. No sé cómo lo hizo para que solo centrase mi atención en ella. Yo estaba mirando mi móvil distraídamente, cuando en el momento justo en que quité mi vista del aparato, Michael se dirigió hacia la barra y dejó de bloquear mi visión. Entonces tuve contacto visual directo con ella por primera vez. Luke tuvo que darme un pequeño empujón para que siguiese caminando.

Siguiendo los pasos de Mike, me dirigí a la barra. En ningún momento dejé de mirarla, ni ella a mí. Estaba hablando con un chico negro, bastante alto y delgado, pero no apartaba su mirada de la mía. Michael me pasó algún tipo de bebida alcohólica y yo simplemente bebí. Ni si quiera me acuerdo de lo que era.

Habían pasado como dos horas, que para mí fueron minutos, y yo seguía apoyado en la barra bebiendo. Increíblemente no bebí tantos cubatas como debería haber bebido en dos horas, porque estaba tan ensimismado mirándola que lo iba haciendo poco a poco. No sé ni quién pedía los cubatas por mí. Simplemente no podía parar de mirarla y no me importaba nada más a mí alrededor. En dos horas creo que ni había pestañeado. Varias chicas se me habían acercado a hablar, algunas hasta me las intentaban presentar los chicos, pero nada. Yo seguía mirándola. Ella de vez en cuando me miraba también, pero había estado hablando con algunas chicas y con el chico con quién le vi anteriormente, bailando, riendo, bebiendo. Después de estar dos horas observándola, podía decir con precisión y exactitud cuándo sonreía o reía de verdad y cuándo lo hacía falsamente. Me sentía un poco como un acosador. Sin quererlo, acabé bastante borracho.

-¿Calum? ¡Tierra llamando a Calum Hood! - por primera vez desde que había entrado al club, aparté la vista de ella para centrarla en unos hoyuelos de tono rosáceo y unas cejas arqueadas hacía arriba formando un gesto de diversión. -¿Por qué no le haces una foto? Te durará más y no te hará parecer un jodido acosador.

-Cállate, Irwin -. Hablé arrastrando las palabras. Sentía mi voz extraña, no había hablado desde que habíamos llegado y todo el alcohol que había consumido me pesaba. Pero sabía con seguridad que lo que me hacía no estar completamente ahí, sentir como que no era yo el que hablaba o actuaba, no era el alcohol.

-¿Pero qué te pasa? Llevas en la barra desde que hemos llegado, y se te han acercado como cinco chicas que en la vida hubieses rechazado. Todo por esa chica. ¿Por qué no vas a hablarle y ya está? Me extraña que aun no te haya puesto una orden de alejamiento o algo-. Ashton se burló de mí, mientras se recostaba en la barra imitando mi posición y mirándola. Yo seguí su mirada. Y no sé por qué tenía ganas de pegarle un puñetazo a Ashton. Me estaba poniendo furioso que él la mirase. -Está buena, tío. Pero no entiendo qué es lo que te tiene tan ensimismado­.

Típico de Ashton, nunca se calla. Me estaba poniendo de los nervios y ese último comentario me hizo convertir mi mano izquierda en un puño y con la derecha apretar el vaso que estaba sosteniendo. Él no se dio ni cuenta.

-¿Calum? -su molesta voz volvió a zumbar en mis oídos.

-¿Qué? -gruñí.

-Tío, baja de la nube y ve a hablar con ella de una vez.

Tenía muchísimas ganas de hacer lo que mi amigo acababa de decir. Pero no podía. Por dos razones.

Primera, porque no quería que ella me conociese borracho. Soy de ese 1% de personas que no suelen ser escandalosas, ni divertidas, ni llamativas cuando están borrachas. Simplemente me callo y sigo bebiendo. A veces gruño y todo. Soy un borracho muy aburrido y gruñón. Me enfado con facilidad y como la mayoría de las personas cuando están ebrias, digo muchas tonterías. Así que para nada quería que ella se llevase esa primera impresión de mí.

Segunda, estaba acojonado. Nunca en la vida me he sentido tan asustado de hablar con alguien y menos con una chica. Pero no eran los típicos nervios que se pueden tener cuando vas a hablar con alguien desconocido que te atrae. Era una sensación enigmática. No sé cómo describirla, sinceramente. Era miedo puro. La primera vez que su mirada se encontró con la mía supe que debería haber dado media vuelta y salir corriendo. Pero no lo hice. Porque no pude. Y ese fue mi gran error.

Y allí me encontraba yo, con una ambivalencia de sentimientos. Quería ir, quería conocerla, y tanto que quería hacerlo. Pero a la vez no quería, porque de algún modo sabía lo que me deparaba.

Y mientras barajaba las opciones que tenía, que eran pocas -ir o no ir-, sin darme cuenta, Ashton me empujaba levemente hacía ella. Me sentía como en una nube mientras andaba y ya no distinguía si era efecto de todo el alcohol que circulaba por mis venas o por otra cosa totalmente distinta.

El sonido de la música bien alta empezó a retumbar en mis oídos a medida que me acercaba, aunque ya debería estar acostumbrado después de dos horas, fue como si hubiese tenido la cabeza sumergida en agua y de repente alguien me hubiese arrancado hacía la superficie. Y como si de una broma se tratara, la canción decía:

Icarus is flying too close to the sun
And Icarus's life, it has only just begun
It's just begun

Yo me sentía como Ícaro en el mito. Cada vez volaba más cerca del sol, peligrosamente, y mis alas se acabarían despegando, haciéndome caer.

Veía como ella nos observaba acercarnos. Me sonreía. En un abrir y cerrar de ojos, la tenía a menos de un metro.

-Hola, soy Andie­-. Así de simple se presentó. Con tres palabras, una mano extendida y una sonrisa.

Y yo ya había caído.

¡Hola! Siento haber tartado tanto en subir, he estado muy ocupada y además la inspiración no me venía. Posiblemente venga a editar este capítulo porque no me convence del todo, pero quería subir de una vez así que aquí tenéis el resultado.

Una pequeña pregunta, ¿os habéis dado cuenta de la importancia que tienen Luke, Mike y Ash en este capítulo? Si habéis pillado el pequeño juego que he hecho, decídmelo, me hará ilusión jajaja. Podéis leer el capítulo escuchando la canción que os dejo en multimedia, es la misma que suena en la fiesta. Espero que os guste y me gustaría que me dejaseis vuestra opinión en un comentario. ¡Gracias :)!

HURRICANE [Calum Hood Spanish/Español Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora