Lemon Boy

🍋Uno

-Adiós! -Esa fué la tan esperada despedida de Jimin a sus compañeros de trabajo. Hoy, especialmente, el día se le hizo cuesta arriba, increíblemente largo.

Aunque lo único que hacía durante el día era servir helados, para él era el trabajo más agotador y "frío" que había, o así es como lo llamaba él para dar un toque de grácia.

Pero a fin de cuentas, le gustaba su trabajo, lo encontraba... entretenido. Entretenido, así es como estaba Jimin cuando veía que se sentaba, en el mismo lugar de siempre, un chico de piel pálida, con unos cabellos negros sedosos, con una mirada profunda y intensa, y también una cosa que le fascinaba a Jimin, eran sus labios, tan rosados y brillantes, para que de estos lindos labios saliera siempre el mismo pedido, un helado de limón.

[..🍋]

7AM

Suena la alarma, pero Jimin hacía ya media hora que se encontraba despierto y arreglándose. Hoy iba a ser el gran día, tenía decidido preguntar al chico raro, pero tierno, del limón, su nombre.

No es mucho, pero para él era un gran avance.

[..🍋]

En la heladería.

Luhan: ¡Jimin!

Jimin: No hace falta que grites, aún es temprano. -lo dijo intentando disimular su felicidad y eufóricas ganas de abrir- Creo que debería ir a abrir las rejas, digo, para que no piensen que estamos cerrados.

Sale Donghyun, de la sala de refrigeración, con dos helados, y nadie de daba cuanta de su presencia hasta que habló junto a Jackson.

Donghyun: Seguro quiere abrir para ver a aquel chico que viene todos los días y solo pide helado de limón.

Jackson: Uy, uy, su "lemon boy". -lo dijo con una cara pícara.-

Jimin: Lemon boy...?

Jackson: Chico limón en inglés, aver si aprendemos un poco...

Jimin: Perdón señor bilingüe.

Cuando Jimin terminó de hablar Donghyun le dió un codazo.

Jimin: Au, porqué me -No pudo terminar su oración porque fué interrumpido por su queridísimo compañero Donghyun.-

Donghyun: Tanto hablar y no te diste cuenta que está sentado en esa mesa del fondo. -le señaló la mesa.-

Se acerca Luhan a ellos.

Luhan: Adelante ataca, ve a por el limón.

Jimin no le tomó mucha importancia al comentario que seguramente lo hubiera sonrojado, y empezó a andar a pasos seguros hasta la mesa donde se encontraba aquel chico pálido causante de sus nervios internos.