NO HAY SALIDA - [GALLY Y TU] - THE MAZE RUNNER

¿Verducha?

Despierto de repente, noto como si me hubiera estado ahogando mientras "dormía". Intentando recuperar el aliento, miro a mi alrededor. No entiendo nada, estoy en una especie de cubo hecho con rejillas metálicas que sube como un ascensor a gran velocidad haciendo un ruido insoportable, provocándome sentir que en cualquier momento podría ceder y caer, muriendo en el acto. Estoy muy asustada, no recuerdo nada, ni siquiera mi nombre, ni mi edad, ni una frase, ni una persona, nada.

Con la respiración aún agitada, me siento como puedo. Vuelvo a mirar a mi alrededor, no hay más que un montón de cajas a un lado. Empiezo a notar un fuerte dolor en el tobillo izquierdo, lo toco (pues a penas puedo ver bien ya que está bastante oscuro) y lo noto muy hinchado. Puedo divisar un arma, un machete. Tengo miedo, no sé cuándo esta mierda va a parar, además de que aún hiperventilo y no sé qué me voy a encontrar, así que lo dejo más cerca mío.

Miro hacia arriba y puedo ver que ya está casi al final, donde hay una luz roja. Creo que chocará, así que intento llegar a una esquina para resguardarme mejor de alguna forma, pero no puedo porque noto que algo me tira del pie que tanto me duele. Sin más remedio, me abrazo las rodillas escondiendo mi cara esperando lo peor, pues ya no puedo hacer más.

En el momento menos esperado, el cubo metálico para en seco. Yo tiemblo sin parar, no sé qué va a pasar después, si habrá alguien o algo esperándome. Entonces oigo un ruido que provoca que levante la vista topándome con unas puertas que se abren hacia los lados, dejando entrar una luz clara que me ciega por completo, así que me tapo con el brazo para intentar ver algo. Justo en ese momento noto que algo cae dentro de donde estoy metida. Giro la vista para verlo. Es un chico de piel negra, musculoso, con una camiseta blanca y unos pantalones largos de color azul que se queda mirándome.

- ¿Qué ves, Alby? -Una voz masculina proveniente de arriba se hace escuchar.

- Es una chica. -Dice sin dejar de verme. Empiezo a oír más voces, aunque no logro entender lo que dicen.

No lo conozco de nada, no sé qué es capaz de hacer. Intento retroceder lo máximo que puedo aún con el fuerte dolor del tobillo, pero me doy cuenta que lo que no me deja moverme con facilidad, y el causante del dolor, es una soga que tengo atada con fuerza en el pie izquierdo que lleva una especie de bola de gran peso (como la de los presos pero con una soga).

El chico me está mirando fijamente, como si esperara a que dijera algo. No le resto importancia. Cojo el machete y le apunto. Yo sigo temblando, tengo muchísimo miedo, pero no dudaré en defenderme si es necesario. Él levanta las manos en señal de paz y, entonces, habla:

- Ey, ey, tranquila ¿vale? No pasa nada, no te haré daño. -No le acabo de creer, así que, aunque se acerca lentamente y con las manos aún hacia arriba, le sigo apuntando con el arma.- Sé que estás asustada, he pasado por lo mismo que tú, igual que todos. -hace una pausa y baja los brazos lentamente.- ¿Cómo te llamas? ¿Logras recordar algo? ¿Edad? ¿Algún lugar? ¿A alguien?