Capítulo 8. Viaje
Mikasa no dejaba de mirar hacia atrás mientras arribaban la montaña. Cada vez parecía más pequeña aquella granja vacía y solitaria, la cual por casi un mes habían habitado.
Mientras caminaban recordaba su niñez, antes de conocer a Eren. Su papá solía cazar en el bosque, justo como ella y su ahora pareja solían hacerlo para sobrevivir, a pesar de que esa actividad le recordaba a su padre, era muy posible que sus experiencias fuesen distintas ya que los terrenos en Shiganshina eran llanos en su mayoría y no había tantos animales salvajes como en el vasto mundo nuevo que ahora exploraban.
La pelinegra volteó de nuevo hacia Eren quien caminaba enfrente de ella sin hablar. Estaban agotados pues llevaban subiendo la cordillera por casi dos horas, debido a eso, iniciar una conversación podía ser mala idea pues, además, estaban mal nutridos desde hace varios días, apenas tenían energía para moverse.
Mikasa sintió un leve dolor en el labio y se tocó la pequeña herida que tenía. Se sonrojó de repente al recordar la noche anterior.
Después de lavar sus manos volvieron a la habitación algo silenciosos. Prendieron una lámpara de petróleo que tenían a la mano y se acostaron un rato bocarriba con las piernas bien estiradas y los brazos en los costados.
"Esto es muy extraño" exclamó ella.
"Sí, creo que fue una estúpida idea parar. Estábamos en el ambiente correcto y distraernos nos dejó en una situación incómoda." Contestó él en tono de burla.
Mikasa rio.
"¿Qué sucede?" le preguntó Eren volteando hacia ella.
"Recuerdo que una vez de niña le pregunté a mi madre cómo se hacían los bebés" comentó mientras con cada palabra que pronunciaba su sonrisa se desvanecía. Había olvidado que ese mismo día habían asesinado a sus padres.
"Hmm" exclamó Eren incómodo después de varios segundos de silencio y al notar a Mikasa retraída. "No creo que pensar en nuestros padres nos ayude a ponernos cachondos" comentó tratando de animar el ambiente. Se alegró de ver que había funcionado al notar que la sonrisa en el rostro de Ackerman había vuelto. "¿Te cuento algo asqueroso?" le preguntó el castaño algo juguetón.
Mikasa volteó todo su cuerpo en dirección a Eren, él reaccionó haciendo lo mismo y recargando su cabeza sobre una de sus manos.
"Tengo entre mis memorias del pasado una en la que mi padre está cogiéndose a su primera esposa" le confesó mientras se sobaba los ojos.
"¡Ahhhg! ¡Qué asco! ¡No quería saber eso!" gritó ella de forma muy expresiva, cosa que sorprendió al castaño pues Mikasa no era la clase de persona que reaccionaba con vehemencia ante cualquier circunstancia.
Eren rio bastante. "Créeme que es asqueroso, es la clase de cosas que no me deja dormir por las noches" contestó igual de animado. "Me pregunto si él también vio esta clase de cosas íntimas mías".
Mikasa reaccionó tapándose el rostro. "Si hablar de nuestros padres no nos iba a ayudar calentarnos, ¿Esperas que imaginarme a tu padre viéndonos ahora a través de tus ojos sí?"
Eren se encogió de hombros. "He aprendido a dejar de preocuparme por eso, es absurdo. O dime, ¿Cuándo me ves a los ojos ves a mi padre?" le preguntó mientras cruzaban miradas bastante cerca.
"Por supuesto que no" respondió Ackerman mientras acariciaba el pelo largo de Jaeger, quien había cerrado los ojos para sentir el suave tacto de las delgadas y pequeñas manos de Mikasa sobre su cuero cabelludo.
La chica se sonrojó mientras lo tocaba y paseaba sus dedos por todo el rostro de Eren. "Jamás te lo he dicho de forma directa, pero desde muy chica siempre he amado tus ojos" susurró mientras con un roce dócil recorría uno de sus dedos sobre las pestañas del muchacho.
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SOLOS - Eremika
عاطفيةAl no tener otra opción, Mikasa decide huir con Eren de Paradise para salvar su vida. Una vez lejos, Eren le revela sus recuerdos del futuro, donde le confiesa que ella será la madre de sus hijos. Sin embargo, no está seguro de si la razón por la cu...