one

3.5K 220 170
                                    

— ¡a un lado, fenómeno!

wonwoo pega las manos a los casilleros a modo de abrir todo el espacio necesario entre sus acompañantes nada amigables y el estrecho pasillo donde, todos los días, maldice tener su maldita taquilla asignada. 61 es su número de casillero y por alguna razón que todavía, después de casi un año, no entiende, no ha cambiado de locker

pero la pregunta importante, la de todos los días es ¿qué demonios hacen los asignados a la 00 y 04 ahí, simplemente pasando por pasar?

el segundo más alto del grupo es quien lo empuja por el cuello, sujetando a wonwoo contra el metal de las taquillas pintadas de rojo. su mejilla derecha está directamente pegada al igual que las palmas de sus manos, tiene los ojos cerrados en solemne resignación y la pregunta silenciosa en su mente aquejando día a día

"¿por qué?"

nunca se metió con nadie, mucho menos con alguna novia o cita del trío de bravucones que lo acosan sin tregua. wonwoo de verdad no entiende por qué lo odian tanto, particularmente uno de ellos, el líder del grupo

nunca fue mal educado, jamás fue grosero, siempre supo mantenerse al margen y sin embargo ahí estaba, kim mingyu pateando con saña la parte trasera de sus rodillas hasta hacerlo doblar en el suelo

— discúlpate, imbécil. — sisea vernon contra su oído, firme y con saña, sujetando firmemente su nuca hasta el grado de hacerle daño

wonwoo abre apenas los ojos, mirando al suelo porque tuvo que aprender a la mala que nunca debe mirarlos a los ojos. su voz es apenas un quejido ronco, suave, pero debe saber al menos. — ¿de... de qué me disculpo?

la risa de mingyu es su respuesta. a su espalda, a escasos tres pasos observando todo con las manos metidas en la cazadora de cuero, kim se ríe de la pregunta, como si fuese lo más divertido del universo. avanza con calma, sus botas resuenan en el piso encerado de los pasillos y la cadena en su labio ondea a cada uno de sus movimientos. cuando está detrás del chico de rodillas en el suelo, lo toma del cabello tan fuerte, que a wonwoo se le abren los labios a punto de quejarse

— gracias a tu estúpido proyecto, park me reprobó. — wonwoo traga saliva al sentir casi en la punta de su nariz la respiración intimidante de kim, escucha su voz, en un siseo cruel cargado de burla. — me debes una puta disculpa, así que empieza de una vez

— lo... lo siento...

un puñetazo en el costado izquierdo lo hacen doblar de dolor, pero el agarre de kim en su cabello es más fuerte y lo regresa a su posición anterior, con apenas el aire suficiente en sus pulmones para seguir respirando. le queman las costillas, le duelen las rodillas y el sentimiento de impotencia es tan fuerte que le nubla los ojos cerrados

— ¡más fuerte, gusano! — mingyu tiene un pie, de esas botas con casquillo, entre la columna y cadera del menor, presionando con fuerza hacia adentro

— lo siento... hyung... — wonwoo aprieta los labios, llevando su atención a otra cosa que no sean las lágrimas en sus ojos amenazando con salir y sólo causarle más problemas. — lo siento, lo siento, lo siento...

kim rueda los ojos, libera el agarre y empuja sin mucha fuerza con el pie hasta que wonwoo termina en el suelo, apenas sujeto por sus manos antes de golpear de lleno el encerado de los pasillos, las lágrimas mojando sus mejillas, goteando sobre el mosaico azul del suelo

— patético. — kim sisea, sus manos dentro de la cazadora de piel. — vas a hacerme uno igual, jeon, y lo quiero listo el viernes ¿te queda claro?

wonwoo asiente, desde el suelo. — sí, hyung

✃- - - - - - - - - - -

乘 rude boy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora