two

2.4K 197 58
                                    

— adentro. — es la demanda del mayor cuando lo empuja hacia el cubículo más cercano, cayendo wonwoo sobre la tapa. mingyu lo mira desde arriba, superior y sensual, cuando se saca la chaqueta y la deja caer al suelo

— ¿qué haces?

— cállate. — mingyu no tiene vergüenza en que el contrario se de cuenta de la reacción de su cuerpo, incluso un poco orgulloso wonwoo de haber provocado una erección en el contrario, obteniendo el comienzo de la propia al sentarse mingyu sobre sus piernas

se besan, tanto y tan fuerte, tan húmedo y prohibido que el pensar en lo que hacen les sube el lívido por los cielos, chocando sus labios, sus caderas buscando la fricción ajena y gimen, sin freno ni pudor. mingyu le besa el cuello, le pasa las manos por el pecho y las espalda, le araña la piel y le muerde las clavículas, marcando a su gusto la nívea piel del menor, quien echa la cabeza hacia atrás, presa del placer y lleva sus dedos al pantalón del mayor

un gemido ronco es su respuesta, un sí implícito que hace a wonwoo sacar el botón del ojal y bajar el cierre, antes de seguir con el propio. mingyu se entretiene en su cuello, en sus hombros, le saca la camiseta y sigue con la suya, después de susurrarle un nos vamos a ensuciar a wonwoo que le sabe a gloria

mingyu se pone de pie, sus pantalones a mitad de sus glúteos y la firme y húmeda erección aprisionada bajo la tela blanca, reclamando atención al ser liberada, la rosada punta bañada del preseminal, mingyu ondeando sus caderas hacia adelante y atrás rodeando su miembro.

wonwoo traga saliva, se levanta apenas lo suficiente y baja con cuidado el elástico, ante la mirada fija de mingyu en sus movimientos. de pronto demasiado cohibido, se detiene antes de bajarlo por completo

— no es un buen momento, jeon. — mingyu no detiene el suave vaivén sobre su cuerpo

— lo sé, es sólo que... nunca, yo...

— entiendo. — mingyu se acerca, con cuidado y sus ojos fijos en los ajenos, brillantes. rodea la cadera del menor con sus piernas, erguido sobre su pecho mientras libera de a poco el miembro erecto de wonwoo. — yo tampoco

wonwoo gime al sentir la mano de kim rodear ambas erecciones, una dulce y caliente fricción que los embriaga y sabe tan bien, se siente tan bien. es el mayor quien se mueve primero, empujando hacia arriba, rozando deliciosamente contra wonwoo quien le muerde los labios y afianza de los costados del cubículo. cuando el mayor de ambos le sujeta el cabello desde atrás, es el delirio, el infierno mismo revestido de ardiente tentación, nuevas sensaciones abrumadoras que lo atascan por completo nublando sus sentidos

pero no todo podía ser tan bueno

— ¿wonu? — llama alguien desde el otro lado de la puerta, dando de toquesitos insistentes que le disparan la migraña a un frustrado mingyu. el peliazul suelta un quejido ronco, levantándose de golpe y dejando a wonwoo sinceramente descolocado y todavía en el limbo. — ¿está todo bien ahí?

— arriba. — mingyu se sube a tirones la bragueta, acomodándo la camiseta a cuadros abierta sobre sus hombros que ha recogido del suelo, lleva en el antebrazo la chaqueta de cuero. wonwoo no le responde. — ¡que te muevas! llegó tu mami a buscarte

con una patada abre el cubículo, frustrado, molesto y claramente harto de toda la mierda que lleva y que recientemente pudo aceptar (de alguna forma bizarra) en voz alta, para que llegara este jun a cagarle el palo. literalmente

wonwoo se revuelve con hastío el cabello, poniéndose de pie después de dos torpes tirones de su pantalón para cerrarlo en torno a su cadera, se agacha torpemente y recoge su camiseta estampada, antes de ponérsela a tirones, abrumado, y salir, visiblemente consternado del cubiculo

乘 rude boy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora