Ha pasado mucho tiempo desde que abandoné Corea dejando en el pasado todo lo vivido, en especial mi historia junto a él. No voy a mentir y decir que en el transcurso de los años no me ha hecho falta, pero hasta el momento analizo todo con cabeza fría me doy cuenta que la decisión que tome fue la mejor.
Escucho que me llaman pero estoy tan absorta en mis pensamientos que no presto demasiado atención.
-SAMANTHA- el grito de mi madre casi en mi rostro me saca sobresalta de mis diarrea mental.
-¡Por Dios Mamá! Casi sufro un ataque al corazón- lo sé, en ocasiones suelo exagerar mucho las cosas, pero ¿qué culpa tengo? Mi naturaleza es ser una persona con un alto nivel de exageración.
-Deja tanto cuento que llevo llamándote hace rato, mejor ven conmigo que necesitamos hablar- el tono tan serio que utilizo mi madre me hace preocupar de una manera terrible, que pensaba más cosas malas que buenas.
Mientras bajaba por las escaleras y mi mente hacia todo tipo de hipótesis con respecto a lo que me quería decir, no me di cuenta que ya estaba sentada en la sala mirándome aún más seria. Esto no me gusta para nada, mi preocupación aumentaba cada segundo y ya tenía literalmente los vellos de punta, algo me decía que lo debía decirme no iba a gustarme.
-¿Qué está pasando madre? me estoy preocupando-
En realidad no estaba preparada para escuchar eso, de todas las hipótesis que hice, esa nunca se me cruzo por la cabeza.
-Sam lamento decirte eso, pero tendremos que regresar a Corea- dijo así sin más, sin tacto, sin nada.
No podía creer lo que estaba sucediendo, yo no podía regresar allá, mejor dicho no quería por nada del mundo volver, aunque el país es muy grande el mundo es un pañuelo y tener que cruzármelo de nuevo derrotaría todos los muros que he construido para alejar todo tipo de sentimientos por él, ¡Dios! de verdad que no quería ir.
-¿¡Qué!?- estaba en shock- Mamá y-yo no quiero volver- sentía que me picaban los ojos, quería llorar-
-Lo siento mucho Sam, pero es por cuestiones de trabajo- sentí sus cálidos brazos rodeándome por un rato. - Sube y ve arreglando tus cosas, esta misma noche debemos salir-
Sentía que mi mundo se estaba derrumbando, no tenía ánimos de empacar nada, no podía dejar de pensar que esto era una desgracia.
Estaba tan metida en mis pensamientos que sin darme cuenta ya tenía todo listo, tome una ducha rápida y me arregle en el menor tiempo posible.
-¡Sam baja ya, debemos irnos!- suspire
-¡Dame un momento, ya bajo!-
...
Estaba mirando por la ventana, no dejaba de pensar en todo lo que había pasado, en que volvería y empezaría de nuevo mi vida.
-Baja, hemos llegado- Tomamos nuestras maletas y caminamos a la entrada del aeropuerto.
Después de haber pasado por todo el procedimiento, nos encontrábamos sentadas esperando nuestro vuelo.
-No lo pienses más Sam deja que todo fluya, ha pasado mucho tiempo y si por casualidad se llegaran a encontrar, habla con él, solucionen sus inconvenientes e intenten ser amigos-
Mamá no sabía que a pesar de todo el tiempo transcurrido y de que me la pasaba diciendo que sí, no había podido olvidarlo, él era mi primer amor y me hubiese encantado que hubiera sido el último.
-No te preocupes, estaré bien - soltó un suspiro, sabía que me creía del todo.
Quedamos en completo silencio hasta que hicieron llamado a nuestro vuelo, mi corazón latía a mil por segundo, cada paso de daba hacia el avión era aún más tormentoso.
No sabía que iba a pasar estando allá, pero deseaba con todo mí ser que las cosas no se fueran a poner feas.
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MI DESTINO (Editando)
RomansaA veces la vida no es lo que espero y siempre me sorprende. A veces no quiero volver a un determinado lugar, pero terminó ahí. A veces sólo quiero encontrar nuevos caminos, pero termino concluyendo que debo seguir Mi Destino-