Capitulo 48 - Centro Comercial.

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Estaba por subir las escaleras cuando escuche el timbre, regrese ya que mi madre me pidió que abriera.

— ¡Hey! — salude a Diego quien estaba en la entrada

— ¡Hola! vine a... — me examino de arriba abajo y negó con la cabeza —Si sigues así vas a desaparecer — me dijo seriamente

—No seas exagerado — aunque claramente sabia que no exageraba —Ven, pasa — le invite

— ¿Diego? — dijo mi madre sorprendida — ¡Volviste! — se acerco a el y le dio un cariñoso abrazo

—Y ustedes también volvieron — dijo riendo

— ¿Hace cuanto llegaron? — le pregunto mi padre refiriéndose a el y su familia

—Hace unos meses, poco después de que se fueron ustedes. — les conto — Iba a pasar a saludar antes, pero los entrenamientos no me dejaban.

— ¿Volviste a entrar al equipo? — pregunto mi padre

— Si, he estado muy ocupado... – respondio Diego

—Bueno iré a cambiarme

Avise ya que se mantendrían por un buen tiempo hablando solo de deportes

— ¿Vas a salir? — me pregunto Diego

—Si... iré con Ana al centro comercial por una mascota — le conté — ¿Nos quieres acompañar?

—Claro — dijo sonriente

Subí las escaleras y después de ir a despertar a Ana fui a mi habitación para tomar una ducha rápida. Me envolví en una toalla blanca y así poder buscar algo de ropa en el closet. Elegí un vestido blanco sencillo. Deje mi cabello suelto, no tenia humor de maquillarme así que tome mi bolso y salí de la habitación.

— ¿Ana ya estas lista?— grite en el pasillo

— ¡Si! — grito emocionada mientras salía corriendo de su habitación

—Bien vamos — le dije y bajamos las escaleras

—Estamos listas — le avise a Diego quien seguía muy metido en platica con mi padre

— ¿Quien es el? — me pregunto refiriéndose a Diego

— ¿Hey Ana no me recuerdas? — le pregunto Diego haciendo un puchero

— ¡Nopis! — le contesto Ana riendo por el gesto que este había puesto

— Yo soy Diego y soy amigo de tu hermana y te conocí cuando eras una bebe

Le dijo mientras se ponía en cuclillas para quedar a la altura de Ana

—Diego aun es una bebe — le dije riendo

— ¡Claro que no! — me reclamo la pequeña

—Bueno ya nos vamos?

Nos despedimos y salimos de la casa saque las llaves de mi auto pero Diego me detuvo.

—Vamos en el mío — me dijo y caminamos a su auto

Durante todo el camino Ana no paraba de hablar sobre la que seria su nueva mascota, yo como ya era de costumbre mantenía mi mirada hacia abajo mientras que jugueteaba sin ánimos con mis dedos.

Diego de vez en cuando, volteaba a verme. Yo fingía no sentir su mirada, no quería que me regañara.

En minutos ya estábamos en el centro comercial, Diego estaciono el auto y bajamos.

—Martina no puedes seguir así...

Me dijo en un susurro para que Ana no escuchara y, o preguntara algo.

Enamorada de mi NiñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora