Capitulo 58 - Casa de James (4/4).

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—No se preocupen… no vi nada — Contesto… Janeth.

¿Que no pudo haber sido Jonnathan o Daniel? ¡No! Había sido Janeth la que nos había visto a la mitad de nuestro beso. Cubrí mi rostro inundado de vergüenza.

—Hey ya paso — Me dijo riendo

— ¿Ya paso? — Dije irónica — Tu madre nos vio besándonos en su cocina y tú me dices ‘Ya paso’

Esto último lo dije haciendo una voz más gruesa semejando la de el, Quien solo me miraba divertido.

—Es que no pasa nada Martina — Dijo aun tranquilo — Después de todo, algún día se iban a enterar — Acaricio mi mejilla

—Pero no así James...— Le dije mirando hacia abajo — Que pensara de mí

Realmente me importaba mucho lo que su familia pensara de mí.

—Yo hablare con ella y le explicare — Deposito un beso en mi frente —Y ya te lo dije te adora — Hizo que una pequeña sonrisa se colara entre mis labios. — ¿Vamos? — Me pregunto tomando mi mano y entrelazando nuestros dedos.

Caminamos escaleras arriba, solo que ahora estaba algo insegura.

— ¿Y? — Dijo James cuando llegamos a la puerta de su habitación

—Gracias por traerme — Bromee

—Espero y te hayas divertido — Me siguió el juego

—Si fue divertido — Jugaba con mis dedos tontamente

— ¿Nos veremos luego? — Pregunto sonriente

—Porque no…— Le sonreí igual

—Hasta… Hasta luego— Dio un beso en mi mejilla, se dio media vuelta y comenzó a caminar

—James…— Susurre un poco más fuerte y este rápido volteo

—¿Si?

—No te gustaria pasar y nose platicar? — Le dije con una sonrisa picara

—Me encantaría…— Rápido regreso y me abrazo por la cintura

Nos metimos en la cama, pasó su mano por mi espalda, yo pase mi brazo por su cintura y recosté mi cabeza en su pecho, escuchando el tranquilo palpitar de su corazón.

Coló su mano por debajo de mi playera para acariciar mi espalda. Sin pretensión alguna. Solo me brindaba tiernas caricias, su respiración chocaba contra mi cabello y yo subía y bajaba al ritmo de su respirar. Era un momento único.

Abrí mis ojos y me di cuenta de que lo que estaba en mis brazos no era lo que precisamente esperaba ver al despertar. Moví la almohada y gire pero tampoco había rastro de James al otro lado.

Resignada volví a recostarme pero al ver el reloj en el muro de alado de la cama me levante. ¡Eran las ocho treinta y cinco de la mañana! ¡Porque James no me había despertado antes de irse!

A la velocidad de la luz me puse de pie, tome mis jeas junto con una blusa celeste, mi cepillo de dientes y corrí al baño. Después de una rapidísima ducha, cepille mis dientes.

Me vestí con una velocidad olímpica y ate mi cabello en una coleta alta. Salí de la habitación de James no sin antes arreglar la cama fugazmente.

—Janeth… ¿sabes donde esta James? — Pregunte con una mescla de nervios, pena y tengo que aceptarlo un poco de miedo.

—Hay cariño… recién salió a comprar unas cosas para el almuerzo— Me dijo con esa dulce sonrisa — Hay una tormenta terrible, llame a tu madre y le pareció bien que faltaras al colegio, por eso les dije que no te despertaran — Me explico

— ¿Tormenta? — Pregunté extrañada, si ayer había un sol apenas soportable.

—Increíble no crees…— Me dijo riendo

Camine hacia uno de los grandes ventanales de la casa y efectivamente. Una tormenta terrible se había desatado. Ni siquiera parecía que era de día, el cielo estaba de un color gris obscuro, y se veía como el agua corría en gran cantidad por el piso.

Regrese al comedor donde estaba Janeth, seguramente los demás dormían. Me senté a un lado.

—Janeth yo quería pedirte disculpas por lo de anoche…

Tenía que hacerlo, no podía fingir que nada había pasado. Soltó una pequeña risa

—No te preocupes…— Me dijo aun con esa sonrisa —No pasa nada, a menos claro que tu no estuvieras de acuerdo con lo sucedido, entonces si le llamare la atención a James — Bromeo, claramente sabía que yo ‘estaba de acuerdo’ Reí tímidamente — Además… me encanta la pareja que hacen — Me abrazo y era más que obvio que también la abrace. No podía ser más dulce.

— ¿Café o jugo? — Me pregunto amablemente

—Jugo — Sonreí y camine detrás de ella hacia la cocina.

Entramos a la cocina, cruzaba mis dedos porque mi familia tomara así mi relación con James. Aunque convencer a Diego iba a ser más que complicado. Pero ya llegaría el momento de hablar con él.

—Ya sabía que había algo especial entre ustedes…— Me dijo mientras comenzaba a servir jugo en un vaso de cristal. Solté una pequeña risita tímida y seguramente mi rostro ahora estaba de un intenso color rojo. — La primera vez que viniste, la forma en la que te miraba era tan especial — Me senté en la barra y ella se sentó frente a mí con una tasa blanca llena de café en sus manos.

—El… él es increíble…— Dije sincera

—Me alegra mucho que este contigo…— Sonrió — ¿Tus padres ya lo saben?

—Aun no…— Confesé — Estábamos esperando un buen momento para decirles — Y no como lo de anoche.

Un pequeño chillido nos sobresalto a ambas, reímos. Había sido el tostador. Tomo una bandeja donde seguro colocaría las rebanadas de pan. En ese mismo momento sonó el teléfono.

—Martina… ¿cariño puedes responder el teléfono? — me pidió

—Claro — Respondí y camine hacia donde estaba el teléfono que no paraba de sonar.

— ¿Diga?

— ¿Casa de la familia Castillo Burge? — Una gruesa voz provino del otro lado de la bocina

—Así es

—Solo para informarles que el joven James Maslow ha sufrido un accidente automovilístico

Sentí como si todo a mí alrededor comenzara a derrumbarse. Escuchaba a lo lejos los llamados del sujeto y también los de Janeth. Pero el gran nudo en mi garganta no me permitía emitir palabra alguna.

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Enamorada de mi NiñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora