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C A P Í T U L O 5

❝Lo que no te mata te hace más fuerte. ❞

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[PUNTO DE VISTA de TN___]

Me eché en el otro lado de la cama tamaño King, empujando las sábanas más cerca de mí y escondiendo mi cara en las suaves almohadas. No quería levantarme, la única cosa que quería era quedarme en la cálida y acogedora cama, pero también sabía que no podía hacer eso. Hoy tenía que encontrar a Alonso en su oficina luego del desayuno y estoy segura de que debe ser para algo... ¿importante? Tal vez el quería poner su dinero en uso- oh dios mío no, no. Cada vez que pensaba en ello mi pulso se aceleraba increíblemente rápido y sentía que no podía respirar, era como tener un ataque de pánico y yo nunca fui una persona que tuvo uno. Todo esto era demasiado para mí.

Cálmate, TN___, todo estará bien.

Tomé un largo respiro y cerré mis ojos y cuando me sentí calmada, los abrí nuevamente y empujé las sábanas lejos de mi cuerpo, dejando que el aire frío tocara mi piel expuesta. Temblé e inmediatamente corrí hacia la ventana para cerrarla del todo. Anoche estaba tan cansada que ni siquiera me di cuenta. Comencé a frotar mis brazos para brindar una especie de calor y después caminé hacia el baño. Tenía un maldito baño en mi habitación. Todavía no podía creer que era mío- al menos por ahora.

El baño no era grande, era pequeño con azulejos celestes y tenía todas las cosas que necesitaba adentro. Me acerqué al grifo y lavé mi cara antes de darme cuenta de que Alonso también me proporcionó un cepillo de dientes y una pasta de dientes.

Había planificado todo.

Me lavé vagamente los dientes, intentando llegar lo más tarde que pudiese. Realmente no quería ir allá abajo, aún. Suspirando, sequé mi cara con una toalla y me miré en el gran espejo frente a mí. Lucía horrible, mi cabello estaba en todas las direcciones, los rulos que Gizele me había hecho la noche anterior ya no existían además de que mi cara todavía lucía cansada. Rápidamente peiné mi cabello con mis dedos y me hice una trenza para que al menos, pudiera lucir decente.

toc, toc

Un golpe fue escuchado en la puerta mientras estaba saliendo del baño y fruncí el ceño. No podía ser Alonso. No creo que él hubiera sido lo suficientemente educado como para golpear. Tal vez era Agnes.

"Adelante." Dije y la puerta se abrió lentamente, pero no era Agnes. En su lugar, una chica joven, un poco más grande que yo, se paró en la puerta con una sonrisa mostrando sus dientes en su cara. Ella también era una criada que trabajaba para Alonso.

"Buenos días, señora." Me saludó y entró, yendo directamente hacia la cama para arreglarla.

"No, no te preocupes por eso. Yo lo haré." Dije, deteniéndola.

Sus ojos me miraron como si fuera un alien y luego se río levemente, quitando una hebra rubia de su cabello de su pequeña cara. ¿Por qué se estaba riendo? No dije nada gracioso, ¿o sí?

"Usted no trabaja, señora, yo lo hago." Ella me sonrió, pero la detuve nuevamente.

"Tengo manos y lo haré yo misma." Le dije, tomando las sábanas en mis manos, pero ella me las arrebató. ¿Cuál es su problema? Ella me dio una mirada extraña y luego suspiró.

"El Sr. Villalpando me ordenó que lo haga y lo haré. Es mi trabajo y el Sr. Villalpando fue claro. No hará nada." Me informó y yo entrecerré mis ojos hacia ella.

¿El Sr. Villalpando ordenó?

"Pero-"

"Señora, usted vaya abajo, el desayuno está listo." Dijo, cortándome y yo cerré mi boca, dándome cuenta que no podía decir nada desde que el Sr. Villalpando se estaba encargando de todo.