La Casita Del Bosque ⁑ ꒰ ShowKi ꒱♡ ‧ ₊˚ 【✔】

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Narrador omnisciente.

Ahí se encontraba KiHyun de nuevo, atado de manos y colgando del techo.
Su rostro estaba rojo e hinchado por el llanto.
Si antes se sentía horrible por la cantidad de golpes que recibía, ahora se sentía sucio.
Su cuerpo se sentía mal, incapaz de soportar otro orgasmo.

Pensar en como el hombre desconocido había tomado su cuerpo lo hacía sentir horrible, se sentía horrible.

Y el hombre, al contrario del menor, había disfrutado cada momento.
Los ruegos y lamentos combinados eran música para sus oídos.
La combinación de gemidos y súplicas era simplemente exquisita.
Y aparte de eso, el cuerpo de KiHyun le había parecido espectacular, la manera en la que su pene era apretado por las carnes del menor, era delicioso.
Había logrado correrse dos veces, y vaya que se sentía satisfecho.

El hombre salió de la habitación, dejando solo a KiHyun otra vez.
Y dejando también la puerta levemente abierta.

La habitación tan fría como siempre, su típico ambiente triste y el pequeño KiHyun semi desnudo colgando del techo.

Con lentitud, KiHyun levantó un poco su cabeza, notando como la puerta estaba algo abierta, entonces movió su cabeza hacia un lado tratando de observar más allá del marco.
En ese momento KiHyun no sabía si estar confundido o tener ante lo que veía.

Pasando el marco no había nada.
No sé veía nada.
Solamente había color negro cruzando la puerta.

Los ojos de KiHyun nuevamente se cristalizaron mientras que su pecho comenzaba a subir y bajar por el temor que sentía.
Ahora KiHyun pensaba si realmente podría salir.
Pero de su cabeza se seguian repitiendo las palabras del hombre de cabellos negros.

"No hay una salida."

¿Realmente no la había?

Sus brazos junto a sus manos comenzaron a temblar, podría decir que era por miedo, pero en realidad tenía frío.
Bueno, sus brazos temblando hacían que las cadenas sonarán, y al estar todo en silencio, las cadenas eran la interrupción de lo pacifico del ambiente.

Y como ya sabemos, al hombre no le gusta para nada el ruido que llega a perturbar su tranquilidad.
Por lo que en segundos el hombre volvió a entrar a la habitación con el ceño fruncido.

Notando como KiHyun estaba desesperado por soltarse, acto que no le agrado para nada al pelinegro.
KiHyun el notar la presencia de dicho pelinegro, detuvo sus movimientos, con su pupila achicada por el miedo.

-.Planeaba dejarte tranquilo por un rato -Dijo el pelinegro, dejando notar su leve inquietud.- Pero puedo ver qué no es lo que quieres.

Entonces sonrió, sonrió con malicia al ver la cara de terror que se formaba en KiHyun, viendo cómo sus brazos y manos comenzaban a temblar otra vez por miedo, formando el mismo sonido irritante.

Con lentitud paso al lado de KiHyun, saliendo del rango de visión de este.
KiHyun escuchaba como metales chocaban detrás de él, eso le hacia temer por lo que le pasaría a continuación.

Pasados varios segundos, el pelinegro no volvió a a aparecer frente a el, cosa que realmente lo extrañó.
Fue entonces que sintió como algo frío pasaba por su espalda.
El pelinegro paseaba el filoso cuchillo por la espalda de KiHyun, divirtiéndose viendo cómo se estremecía por lo frío del objetó.

Las lágrimas volvieron a salir de los ojos de KiHyun, cayendo directamente al suelo.
El pelinegro volvió a sonreír mientras escuchaba como el menor sorbia su naríz.

Fue entonces que decidió comenzar a cortar la piel de la espalda de KiHyun, solamente la piel, para hacerlo sufrir.
Por el momento no pasaría a más allá de la piel, esto sería solo una advertencia y un comienzo.

Pasaba el cuchillo aplicando muy poca fuerza, cortando la piel De KiHyun.
La sangre resaltaba por lo claro del color de su piel, se veía tan satisfactorio como la sangre manchaba la espalda de KiHyun.

Por su parte KiHyun solamente lloraba suplicando que se detuviera.
Le arrancaba gritos desgarradores con cada corte.
Su espalda ardía demasiado, ¿Sería capaz de soportar tanto?

Fue que después de un rato así, finalmente el pelinegro se detuvo.
Se alejo un poco para observar la espalda del menor.
Se deleitaba con la vista que tenía, la espalda pálida cubierta de sangre, ¿Que mejor que eso? Pensaba el pelinegro.

Entonces dejo el cuchillo en la mesa, mientras sonreía sin dejar de ver la espalda de KiHyun.

Pobre KiHyun.