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Narrador omnisciente.

Vaya que había sido un rato bastante complicado.
KiHyun yacía recostado sobre la cama su cuerpo cada tanto daba un espasmo, todo su ser temblaba de lo cansado que estaba.
Sentía que su garganta ya no era parte de el, pues había momentos en los que no la sentía, y cuando si la sentía le dolía como el infierno.
Su cuerpo no podía moverse ni hacer nada más que temblar, no podía emitir sonido de ninguna manera, ya si quisese hablar o hacer algún ruido por tener contacto con su piel no le seria posible.
Pues ni voz tenía, y no podía moverse.
Se sentía como estar muerto... Pero estando consiente, lo cual realmente era horrible.

Quería abrazarse así mismo para de alguna manera consolarse, pero las cadenas que juntaban sus manos no se lo permitían y a eso le sumamos que ni moverse puede.
Se sentía destruido de todas las maneras posibles, su cuerpo totalmente demacrado, y emocionalmente se sentía abatido.
En ese momento se preguntaba si podía estar peor, o si podía pasarle algo peor.

La respuesta es Si mí querido KiHyun.

La puerta de la habitación había sido abierta nuevamente, dejando ver al hombre de cabellos negros quien se notaba alegre debido a la sonrisa que tenía en su rostro.
Pero en su mente tenía la maliciosa idea de seguir maltratando el ya endeble cuerpo de su pequeño prisionero.

Le encantaba verlo tan vulnerable, tan débil y tan indefenso.
Esa escena tan triste del menor le emocionaba, le hacía sentir feliz, sentía que KiHyun y su ser totalmente inválido le daba vida a su retorcida y enfermiza mente.
Adoraba tanto ese deseo morboso de ver el cuerpo de KiHyun destruido, y escuchar como gritaba de dolor pidiendo que por favor parase de herir su cuerpo.

Se quedó observando como el pequeño trataba de respirar, ya que al parecer se le dificultaba bastante.
Decidió quedarse observando por un momento.
Mientras apreciaba a KiHyun sonreía.
Sonreía de manera maliciosa, de manera morbosa y turbia.

KiHyun ya se había dado cuenta de que el hombre estaba ahí, por lo que respirar se le hacía cada vez más complicado ya que estaba asustado. Su cuerpo seguía temblando, de manera más lenta pero aún así no se había detenido.

Se sentía horrible. El solo quería estar en su casa, con su familia, sus amigos, y estar feliz con todos ellos.
Odiaba... Detestaba estar así, detestaba no poder hacer nada, se sentía tan inútil en ese momento.

Daría lo que fuera por poder escapar de las garras del lobo.

Las lágrimas escapaban de sus ojos, no podía soportar la impotencia, la rabia, la tristeza y el enojo, quería gritar para desahogarse, gritar para que alguien pueda escucharlo y rescatarlo.
Lo único que quería era salir de ahí.

Sorbio su naríz, logrando así que el hombre Pelinegro fije su vista en la nariz roja de KiHyun.
Se veía tan roja... Tan roja que podía romperla.

Con sus ojos fijos y clavados en el mismo lugar se acercó al colchón dónde se encontraba KiHyun.
Tomo sus hombros con fuerzo y lo con un movimiento brusco puso su cuerpo derecho, la mirada de KiHyun fue a parar en el rostro del de cabellos negros.
Sus ojos rojo... Tan rojos que daban ganas de cerrarlos de un golpe.

Llevo su mano al rostro de KiHyun y acaricio con delicadeza su mejilla, sintiendo como está estaba casi ardiendo.
El color colorado que tenían le hacían sentir loco... Más de lo que ya estaba.
Estaban tan rojas... Tanto que ahora necesitaba golpearlas.

Paso su dedo índice por la nariz de KiHyun, delineandola. Luego alejo su mano y sonrió.
KiHyun estaba extrañado y atemorizado, ya que el hombre jamás desde que el había llegado ahí le había demostrado ni un poco de cariño.
Pero tampoco es como si quisiera cariño de el.
El hombre lo maltrataba día a día, por qué querría cariño de el? Solamente quería que no le haga daño.

KiHyun perdió su mirada en el techo.
Y el hombre preparo su puño.







Pobre KiHyun.

Pobre KiHyun

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La Casita Del Bosque  ⁑ ꒰ ShowKi ꒱♡ ‧ ₊˚ 【✔】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora