ㅤ ㅤ ㅤ𝐱𝐱𝐢. adrenalin.

5.7K 613 28
                                    

ㅤ ㅤ

ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ  DESDE QUE HABÍA SUCEDIDO TODO, y a causa del insomnio que me embargaba, Paige se quedaba a dormir conmigo para calmar la ansiedad que no parecía querer abandonar mi cuerpo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ㅤ ㅤ
ㅤ ㅤ
ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ  DESDE QUE HABÍA SUCEDIDO TODO, y a causa del insomnio que me embargaba, Paige se quedaba a dormir conmigo para calmar la ansiedad que no parecía querer abandonar mi cuerpo. Comía poco, no iba a clase y apenas salía de mi habitación. La tía Alice se había encargado de hacer creer en el Instituto /y a todo ser viviente/, con ayuda de su marido, que estaba mala. Algo con respecto a una infección respiratoria grave o algo así. Ahora no lo recuerdo bien, tampoco me interesaba lo suficiente.

Lo más increíble de todo era la convicción con la que mi tía hablaba y como todo el mundo le creía. Aunque, claro, ¿qué motivos tendrían para no hacerlo? 

Pocas, o casi ninguna, persona era conocedora de que la familia Carter —y yo me incluía en ella, ahora más que nunca— estaba de luto. Porque no era algo agradable de lo que hablar, tampoco algo fácil de asumir. O al menos para mí.

La pérdida de mis padres y la desaparición de mi hermana, de la que no se sabía nada aún, había dejado un hueco en mi pecho difícil de rellenar. 

Los nervios me carcomían por dentro, uno de los motivos por el que había terminado /casi/ sin uñas. 

¿Cómo estaría Delilah? ¿Qué le habría sucedido? Pero, lo más importante, ¿por qué no había acudido a nosotros aún? Porque me negaba, rotundamente, a creer que también la había perdido a ella.

Estiré las piernas por debajo del edredón, durante unos segundos, antes de quedarme quieta en una misma posición. Quizás ya era hora de levantarme y, aunque fuese, salir /un poco/ de allí. Estaba llegando a un punto en el que todo, absolutamente todo, me ahogaba. Cada vez la ansiedad que sentía era peor, pero nada comparado al hecho de no saber cómo frenarlo. La impotencia de no poder afrontar las cosas era desesperante. 

Tres golpes consecutivos sonaron contra la puerta, dejando asomar una cabellera rubia entre ella.

──── Toc, toc. ¿Se puede? 

──── Ya estás casi dentro. 

──── Cierto ────coincidió Paige, acercándose a paso rápido a la cama y dejándose caer a uno de mis lados, mirándome.──── ¿Cómo te sientes hoy, mejor? 

Me encogí de hombros, como si de aquella manera pudiese visualizar una respuesta concreta. ¿Cómo me sentía? Rota, desolada, angustiada. Pero tampoco podía pasarme así toda mi vida, ¿no? En algún momento tendría que superarlo. Otra opción era forzarme a hacerlo.

Cuándo quise darme cuenta, las palabras salieron solas de mi boca:──── Creo que es hora que salga ya de aquí. 

Aquello pareció sorprenderla, de alguna manera, aunque de una forma grata. La sonrisa que se dibujó en sus labios fue radiante. 

𝐂𝐇𝐀𝐎𝐓𝐈𝐒𝐂𝐇. | Jacob Black. [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora